Treinta y uno

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Abro los ojos dándome cuenta de que estoy en una habitación que no es la mía, desconozco el lugar donde me he despertado y un leve dolor ocupa mi cabeza. Miro a mi lado y veo una larga cabellera castaña. Elle.

Miro alrededor buscando algo para ver la hora pero no hay ni un reloj. ¿Qué habitación no tiene siquiera un despertador hoy en día? Veo mi atuendo y no es el mismo con el que salí anoche; tenía puesto una camiseta negra, miro bajo las sabanas y tengo puesto un pantalón de chándal.

Recuerdo haberme quedado dormida en un sofá pero no recuerdo que me hayan desvestido.

¿Quién me desvistió? ¿De quién es esta habitación?

— ¿Qué hora es? – me asusto al escuchar la voz somnolienta de mi amiga.

— No sé – respondo. Ella se sienta pasando sus manos por su pelo. — ¿Quién me desvistió? – le pregunto

— Yo. Te quedaste dormida en la sala, Justin te trajo aquí, y nos dejó ropa para las tres y te la puse, a Jazz también... No pasó nada del otro mundo , tranquila... – me explica –Vamos, Jay tiene que estar preocupado por ti...

Ambas nos levantamos y nos tomamos la libertad de entrar al baño, hacer nuestras necesidades mañaneras y lavarnos la boca con un enjuague bucal. Tomamos nuestras ropas y luego salimos del cuarto y fuimos a la sala. Allí estaban dos chicos y Jazmín.

¡Claro! Estábamos en el departamento del amigo de Justin.

— Hola – saluda Elle

— Buenos días, señoritas – nos saluda Justin – ¿Durmieron bien?

— Como dos bebés – respondí – Gracias por dejarnos quedarnos

— No fue nada... Elle, puse a cargar tu teléfono, tienes varias llamadas perdidas – le señaló el estante que estaba en el frente.

— Ya me imagino de quien... Jazmín, arriba, se acabo el resort

— Me duele mucho la cabeza – dice esta poniéndose de pie, al igual que nosotras tenía la ropa que usó anoche en manos.

— Vamos... Chicos, en verdad muchas gracias  – dice Elle

— No fue nada – responde ahora el amigo de Justin. Nos dirigimos hacia la puerta.

— Emm... Le entregaremos sus ropas limpias cuando regresemos – digo saliendo del departamento.

— ¿Se irán de viaje? – pregunta Justin

— Si, iremos a Italia al bautizo y graduación de mis primos – responde Elle. — Llegaremos antes de que te vayas, tal vez podamos hacerte una pequeña despedida

Justin sonríe. — Como en los viejos tiempos, por supuesto pero, cero alcohol – ríe apuntándonos

— Cero alc...

Que les vaya bien en su viaje...

Escucho una voz a mis espaldas y cierro los ojos maldiciendo en mi mente.

Este es mi fin. Hasta aquí llegué.

— Bombón italiano, hola – abro los ojos acuchillando con la mirada a Jazmín. Maldita.

— ¿Angie? – maldigo por segunda vez y me doy la vuelta, encontrándome con la mirada seria de mi novio. Recorre mi cuerpo con la misma mirada, demonios. Niega con la cabeza y luego mira a sus amigos. — Nos veremos después, chicos

Mario y Scott asienten, miran hacia nosotras y nos saludan de manos. Lo único que puedo hacer es darles un intento de sonrisa.

Una vez caminan hacia el ascensor, Jay entra al departamento dejando la puerta abierta. Voy tras de él, ignorando a las personas que estaban conmigo hace rato.

Unbreakable LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora