Veintinueve

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M&M√
Crema de Hershey's blanco
Besitos de Hershey's√
KitKat√
Nutella
Skittles
Mini Snickers√

Por favor, Angelina no compres muchos dulces – recuerdo lo que me dijo Jay antes de que saliera de casa.

— Tus órdenes se fueron al demonio, cariño – digo mientras miro con admiración el área de dulces del mini market. — A este paso terminaré diabética – digo mientras tomo la nutella – Al menos moriré feliz

— ¿Acaso estás hablando sola? – escucho a alguien reírse a mis espaldas.

Me volteo y sonrío. — Hola Marks – saludo.

— Hola Halstead – se acerca y me besa la mejilla. — Sigues siendo amante de los dulces ah

— Pss... ¿Qué puedo hacer? Tengo a dos vocecitas en mi cabeza, ya puedes imaginarte la que está ganando – sonrío con egocentrismo.

— Los dulces no son buenos, señorita

— ¿A quién le importa? Porque a mi no – río mientras salgo del pasillo tentador a su lado.

— A tu salud debería de importarle, mensa – me dice

— Esa parte está en estado vegetal

Entro al pasillo de los embutidos. Comienzo a ver que comprar.

— Así que... ¿Estás viviendo sola? – me pregunta quedándose a mi lado.

— De vivir sola sola, no. Pero si

— ¿Cómo es eso? – pregunta riéndose.

— Solo estaré ahí unas semanas hasta que entre de nuevo a la universidad

— Oh, ya entiendo. Vives con tu novio y Elle ¿no?

— Con mi novio solamente, Elle estaba de visita – le veo asentir – ¿y tú? ¿Qué te trajo de vuelta a Oakland?

— Unas pequeñas vacaciones

— ¿Viniste solo?

— Si, mi novia no pudo venir conmigo

Lo miré fingiendo sorpresa. — ¿Tienes novia?

— ¿Qué? ¿Acaso creíste que este cuerpazo se quedaría soltero toda la vida? – suelto una carcajada ante su ego.

— No has cambiado nada

Seguimos poniéndonos al tanto mientras cada quien hacia sus compras. Cuando terminamos y llegamos cada quien a su destino, nos pedimos el número para salir una tarde y seguir con la conversación.

— ¡Rubio! ¡Ya llegué! – grité pero no recibo respuesta.

Voy a la cocina y comienzo a ordenar las bolsas. En todo ese rato no recibo respuesta de parte de Jay, de seguro salió. Entro a la habitación y lo encuentro durmiendo. ¿Mencione que Jay tiene el sueño pesado? ¿No? Pues, ya lo saben.

Es una metáfora... Te colocas el arma asesina en la boca pero no le das el poder de matar

Ay, Gus, te amo tanto.

Llevo un M&M a mi boca mientras miro embelesada la pantalla de la televisión. Llevaba un buen rato sentada viendo películas, esta era la número dos.

— Hola – escucho una ronca voz a mis espaldas. Giro la cabeza y abro los ojos a más no poder al ver a Jay pálido.

— ¿Qué te pasa? – me levanto y corro hacia él. Toco su cuello y frente que estaban un poco calientes. — Tienes fiebre

Con razón se me hacia raro que estuviera durmiendo, pocas veces Jay duerme en horas de la tarde. Me golpeo mentalmente por no haberme dado cuenta antes.

— ¿Ya tomaste algo?

— Me tomé una pastilla para el dolor de cabeza y la fiebre

— Pero no hizo efecto... Ve a darte una ducha fría mientras te preparo una sopa ¿si?

Extendió su labio inferior hacia afuera. — Anda, te hará sentir mejor

Lo empuje suavemente hacia la habitación, se da la vuelta y arrastra los pies hasta entrar de nuevo al cuarto.

Camine hacia la cocina y comienzo a sacar todos los ingredientes que necesitaría. Al darme cuenta de que me faltan algunos, tomo mi celular y llamo al mini market, que tiene servicio a domicilio y pedí lo que me hacía falta.

Que cosas ¿no? Hice las compras y me faltaron cosas.

Mientras esperaba, corte las cebollas y el ajo, rallé las papas y el jengibre. Justamente estaba terminado cuando llaman al timbre, fui a abrir la puerta y le dije a la chica que me esperara mientras buscaba el dinero.

Cuando lo tuve, le pagué, le agradecí y volví a la cocina. Una media hora más tarde, la sopa estaba lista.

, Angie mi sta facendo una zuppa «Si, Angie me está haciendo una sopa» – escucho decir a Jay mientras entro a la habitación. Me siento a su lado en la cama mientras dejo la bandeja en la mesa de noche — Ti amo anch'io, mamma. addio «También te amo, mamá. Adiós» Mamá, te manda saludos y dice que gracias por cuidar de mi – me dice una vez cuelga.

— Para mi no es nada – digo tocando su frente. — El baño te bajó un poco la fiebre – tomo la bandeja y hace una mueca de asco al verla – Come, te hará sentir mejor

Lo veo hacer muecas y quejarse por el sabor de la sopa, y yo lo entiendo ¿saben? Mamá me daba lo mismo cuando me enfermaba y créanme que una sopa con puro sabor a cebollas y ajos no es buena pero ayuda mucho con el resfriado.

Me quedé en la habitación viendo que se la estaba comiendo, no vaya a hacer que la tire en el lavado.

— Tómate esta pastilla

— ¿Otra? – refunfuña como todo un niño pequeño

— No seas terco – le digo pasándole un vaso de agua. — Te hará sentir mejor, Jay – le repito por ¿cuarta? ¿Quinta? Vez en la tarde. — Ahora descansa, llámame si necesitas algo – le digo poniéndome de pie y dejando todo en la bandeja.

— Quédate conmigo – dice con la voz ronca.

— Iré a lavar los platos sucios y vuelvo ¿si?

— No te tardes

Niego y salgo de la habitación. Apago la televisión, que ni siquiera recordaba que la había dejado prendida. Voy hacia la cocina y comienzo a lavar todo lo que estaba sucio, termino luego de unos minutos, una vez he limpiado todo, voy a la habitación y veo a Jay acostado y viendo su celular.

— Tardaste mucho

— Un poco – respondí mientras me subo a la cama, me recuesto y no pasan dos segundos cuando él está abrazándome y con su cabeza en mi pecho. Comienzo a acariciar su rubio pelo.

— La graduación de Xavier es el próximo fin de semana, ¿vas a venir conmigo?

— Supongo que si, hablaré con mamá

— Tengo planeado irme la madrugada del jueves...

— ¿En dos días?

— Ujum... Llama a tu madre con tiempo, quiero que vayas conmigo

— Esta bien, mañana la llamaré

Vamos a pedirle a Dios que mi querida madre no se niegue a dejarme ir.

Unbreakable LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora