Capítulo Final

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Uno de los días que más había soñado en toda mi vida había llegado. Uno de mis más grandes sueños estaba a sólo minutos de cumplirse.

Muchas dirán que no todas las mujeres desean casarse, que no es un sueño compartido por las féminas... Pero para mi era uno de mis mayores sueños. Desde pequeña siempre soñé con este día, con estar vestida de blanco y tener una alianza de matrimonio en mi mano izquierda.

Aunque debo admitir que sentía algo de miedo, temía de que no fuera a funcionar. Me explico, Jay y yo somos jóvenes, estamos muy enamorados eso no está en duda, sin embargo, ambos tenemos toda una vida por delante y que tomáramos la decisión de casarnos a esta edad, causaba dudas en los demás y un poco de miedo en nosotros. Sin embargo, estamos dispuestos a dar lo mejor para que nuestro matrimonio y la futura familia que vamos a tener, funcione.

La hora de la "verdad" se estaba acercando, tenía solo unos minutos antes de que mi padre viniera a buscarme y fuera a entregarme a los brazos del hombre del cual estaba completamente enamorada.

Sentía los típicos nervios, claro no tan exagerados como para pensar en cosas negativas. Estaba feliz, muy contenta, emocionada, entusiasmada y todo lo relacionado con felicidad. Toda mi familia y mis mejores amigas estaban aquí, la familia de Jay — una familia bastante grande, por cierto —y sus amigos estaban aquí. Todas las personas importantes e imprescindibles en nuestras vidas estaban aquí.

— Angie, hija, ya es hora

Sonreí al escuchar esas palabras de parte de mi papá. Miré por última vez mi reflejo en el espejo y di la vuelta para salir de la pequeña habitación en la que me encontraba.

En brazos de mi padre, llegué hasta el altar donde estaba Jay esperándome con una sonrisa en su rostro, sus ojos azulados estaban ligeramente aguados. Esperaba que no se pusiera a llorar, porque sino yo también lo haría.

Por suerte, habíamos podido conseguir que el sacerdote que precedía la ceremonia, hablara dos idiomas —italiano e inglés — Muchos —casi todos— de mi familia no hablan italiano y muchos de la familia de Jay no hablan inglés. Era un poco difícil acoplarse o seguirle el hilo al sacerdote al escucharlo hablar en dos idiomas pero era algo que se podía sobrellevar. No era una boda diferente a la que todos algunas vez hemos asistido, a excepción del idioma. Así que los presentes podían suponer lo que pasaba con solo prestar atención a nuestros movimientos.

El momento que más me tenía nerviosa había llegado, era tiempo de leer nuestros votos. Elle y Xavier se colocaron al lado de cada uno de nosotros. Nos entregaron una tarjeta, a mi una color rosa y a él una de color azul marino. Suelto un profundo suspiro tratando de calmar los fuertes golpes que me daba mi corazón en el pecho, Elle se da cuenta de mi nerviosismo y me da un rápido abrazo dándome apoyo moral. Después de mis padres y Jay, ella era la persona más importante que tenía en mi vida y estaba eternamente agradecida con tenerla aquí en este día.

Jay me mira por unos segundos para luego fijar su vista en la tarjeta que tenía en sus manos y comenzar a leer: — Angie, sabes que eres mi mejor amiga, mi confidente, el amor de mi vida. La persona la cual he estado esperando toda mi vida. Desde el día en que te conocí supe que ibas a ser una persona especial para mi, aunque debo admitir que no me pasó por la mente que cuatro años más tarde, iba a estar de pie en un altar, contigo a mi lado.

Señor, dame fuerzas para no largarme a llorar aquí mismo.

Pienso que eres una mujer maravillosa pero no pienso que pueda vivir mi vida sin ti. Puedo ver en tus ojos que me amas y me necesitas, así como yo te amo y te necesito a ti. Eres el centro de mi mundo y no hay día en que no le agradezca a Dios por poner en mi vida a una mujer tan increíble como tú – una gota salvaje se desliza por una de mis mejillas y no hago nada para deternerla, sería en vano – Amando todo lo que sé de ti y confiando en lo que aún no sé, prometo estar siempre a tu lado en todos los obstáculos que tengamos que enfrentar, prometo ser fiel y respetuoso a tu amor y a nuestra relación. Espero ser todo lo que eres para mi – mándenlo a callar, por favor. Me contengo para no soltar un sollozo, Elle me pasa una toallita y la paso suavemente por mis pómulos eliminando los rastros de lágrimas. — Desde este día en adelante – levanta su mirada y me mira – Prometo amarte con todo mi corazón y espero pasar el resto de mis días contigo. Mi amor siempre será tuyo, hoy y siempre

Unbreakable LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora