|olvido|

2.6K 391 42
                                    

capιтυlo 11: a proғυndιdad.

Es extraño escuchar gato y amor por el agua en una misma oración, pero este es el caso de Lance, y este no resulta ser el gato más normal, nunca cae de pie y parece no contar con 7 vidas, como si fuese inmortal por todas de las historias de él cerca de morir, —entre las cuales el 70% trataban de alguna caída de gran altura— y en este momento se dirigen a una pequeña laguna cercana, para mostrarle a Keith sus grandes dotes como nadador.

Después de todo Keith solo quería ver a Lance sonreír otra vez y que olvidara, o que por lo menos no tuviera a la rubia en su cabeza atormentando.

A llegar, Keith ya se estaba arrepintiendo, habían ranas dentro y fuera, habían las libélulas más grandes que había visto en su vida, y hacía mucho frío, no podía imaginarse la temperatura del agua.
Y al ver a Lance quitándose la camisa frente a el dandole la espalda, retrocedió silenciosamente, esperando poder esconderse o con suerte escapar de su propia idea.
Mientras daba pequeños pasos hacia atrás, llamó la atención de Lance al hacer romper una rama, este volteo a verlo con un leve puchero a pasar a una sonrisa traviesa que asustaba a Keith.

–Sigues tú. –Lance la capa que traía puesta y tomó de el final de su camisa para empezar a forzarla hacia arriba en busca de quitársela, obviamente Keith no se lo permitía.
Lance haciendo trampa, utilizó el mismo truco que con sus sobrinos y atacó haciéndole cosquillas, para que sus fuerzas se fueran, y así pueda quitarle la camisa, recibiendo a cambio una patada en sus partes nobles, lanzándose al suelo por el dolor, retorciéndose.

Después de montones de disculpas de parte de Keith, Lance se recuperó, con los ojos aguados pero el dolor no lo detendría, al notar la poco convicción de parte del príncipe a entrar a la fria laguna, lo tomó de los hombros y lo empujó y al momento de ver que este salió a flote, tomó impulso y se lanzó al lugar de caída de Keith, haciendo que ambos tocaran fondo, Keith salió de inmediato buscando aire y nadando como podía hacia la orilla mientras que el felino nadaba por el fondo asustando peces y ranas que salen del fondo a la superficie, asustando a Keith.

Lance salió a la superficie y con una sonrisa felina se dirigió hacia el príncipe que se encontraba con su flequillo cubriendo todo su rostro y lo único que se veía eran unos labios en línea recta, indicando a Lance que por su bien se alejara, el felino del otro lado de la laguna lo observaba con la mitad de su rostro saliendo del agua, haciendo burbujas. Su pequeño puchero se detuvo al ver que la espalda del príncipe se estaba contrayendo como si estuviera por llorar, sin entender, preocupado se acercó, tocó su espalda como un intento de consolación, pero la retiró rápidamente al ver como el chico que aun seguía con los ojos cubiertos reía a carcajadas, Lance sonrió por inercia al verlo reír con tanta intensidad,  
Lance nunca admitiría que amaba verlo así.

Volteo a verlo –con los ojos aun cubiertos– y con una maliciosa curva en sus labios, tomó impulso para lanzarse sobre el moreno, abrazandolo por el cuello para hundir ambos cuerpos nuevamente. Al volver a la superficie, Keith seguía sin soltar a Lance usándolo como flotador a la vez que reía a carcajadas, aún que el la laguna está helada, el rostro y los roses que tenía con Keith ardían. Lance no reaccionaba, solo observaba intensamente al chico sobre él carcajeándose, su profunda risa retumba en su cabeza, convirtiéndose en su melodía favorita. Keith al notar la quietud de Lance, detuvo su risa y lo observó confundido, sus mejillas se veían más coloradas que lo usual y su expresión no le decía nada, solo se notaba que tenia un debate interno en su cabeza. Keith examinó más la situación, al dirigir la mirada a su cuello, notó como esta estaba rodeada por detrás por sus brazos, al ser consciente de su posición sobre él, usándolo como flotador, su rostro enrojeció y se alejó de inmediato, cayendo lentamente hasta el fondo, si no moría ahogado, moría de vergüenza.
Lance reaccionó segundos más tarde al ver como burbujas de aire subían a la superficie, buceó a donde estas salían y tomó rodeo el cuerpo del chico de brazos cruzados aceptando su muerte, y lo llevó a la orilla donde empezó a toser por montones. El silencio era tenso e incómodo para ambos, no había forma de que alguno hablará sobre la escena anterior a el ahogamiento, era muy vergonzoso para ambos, y no hacía más que confundirlos. Keith en la orilla tomando aire por montones se regañaba internamente por aquel acto imprudente causado por su euforia. Por su lado Lance seguía procesando, no sabia que era lo que estaba sintiendo en ese momento por su amigo.
Los minutos pasaban y ninguno se dirigía la palabra, a pesar de que ambos deseaban que ese incómodo silencio acompañado por el sonido del viento terminase.
Lance sacudió su cabeza y una pequeña sonrisa se formo en sus labios, lentamente se acercó nadando y subió a la orilla, ubicándose enfrente de Keith que estaba de cuclillas y observaba el suelo como si pensara en tantas cosas a la vez que ni siquiera notó que alguien tomaba de su mano que se encontraba apretando con fuerza la tierra. A los pocos segundos reacciono al sentir una pequeña caricia sobre su mano con con su calloso pero suave pulgar.

–Hey hombre, vinimos a que aprendieras a nadar ¿no?, aun falta mucho para que anochesca.

Keith lo observo sus brillantes y tiernos ojos que lo veían con ternura y optimismo. Keith avergonzado retiró sus cabellos que caían enfrente de sus ojos y desvío la mirada, la manera que lo veía era demasiado para él. Retiro su mano de manera rapida, pero no brusca, se levantó lentamente del suelo y le tendió la mano a Lance para que también se levantara, pero el felino con otros planes en mente, se levantó por su cuenta y tacleo al avergonzado chico de regreso al agua. Ahora ambos reían sin parar, jugando, lanzándose agua uno al otro, y haciendo todo tipo de tonterías.

El sol ya está cayendo y la oscuridad aparece, el gato y el el príncipe están sentados en la orilla, agotados por tanto reír y jugando con sus pies y formando figuras en el agua.

–Lance, permanecí todo el tiempo en la orilla y nunca me enseñaste a nadar –detuvo el jugueteo de sus pies y volteo a verlo.

–Tienes razón, será para la próxima, pero no me digas que no aprendiste a hacer unos buenos clavados y tacleadas. –recibió una pequeña risa en respuesta.

–Eso no te lo puedo negar –su risa desapareció al ver como su estómago gruñía demandante de comida, avergonzado esperaba no haber sido escuchado.

–Al parecer alguien tiene hambre –el príncipe asintió con las mejillas coloradas– tengo una idea, yo lanzo tú atrapas.

Sin esperar respuesta Lance se lanzo de regreso al agua con un clavado casi profesional, en su lugar, salían peces del agua a la orilla, los cuales lograban escaparse hasta que Keith captó las instrucciones y empezó a capturar los peces que batallaban por escapar.
Con seis peces reunidos en tierra, Lance salió y sacudió su cola, quedando más esponjada. El felino ayudó al coger tres de los peces y empezó a caminar de regreso con la ropa de ambos al hombro, seguido por el príncipe que llevaba peces y algunas ramas, sabía que tendrían una nuevo fogata esa noche.

¡No Soy Una Princesa! - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora