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capíтυlo 12: dorмιr pacíғιco

Tenían varios peces en la canasta, y los faltantes estaban estaban a manos del abrasador fuego, sostenidos por unas ramas que los atravesaban. Habían llegado y la mayor parte de su ropa estaba mojada pero —para la suerte de ambos— encontraron ropa interior y pantalones secos, obligándolos a permanecer hombro a hombro con una cobija cubriéndose de la fría brisa nocturna. Estaban en silencio total, lo único que se oía eran los grillos y el cantar de otros insectos. La tonalidad de las escamas indicaba que ya casi estaban listos para ser consumidos, algo perfecto para Keith quien se moría de hambre y Lance no paraba de bostezar, nadar siempre lo dejaba exhausto, y con unas inmensas ganas de dormir.

Keith codeo suavemente al felino durmiendo en su hombro, avisándole que el pescado ya estaba listo. Lance previniendo mordió el pescado de Keith comprobando que no estaba crudo, recibiendo una queja en protesta.

–Eso no era necesario, esta vez no esta crudo –empezó a comer para saciar su hambre.

–¿Qué dijiste? –su cara mostraba total sorpresa.

–¿Acaso me crees tonto? –resoplo en tono de burla- me di cuenta de tu cara de asco al probarlo antes, no soy tan ingenuo Lance –lo observaba con una escéptica sonrisa y con la ceja
levantada– gracias –ahora su expresión era más dulce y su mirada más suave.

–No tienes que agradecer, aunque estaba solo un poco cruda, me gustó –desvío su mirada por el haber sido descubierto, y también para que no se notase como le avergonzaban esas suaves sonrisas.

La actividad favorita de ambos se había convertido en estar alrededor de una fogata, hablando, comiendo o simplemente disfrutando de la cálida humedad que el interior del bosque les daba.

Un temblor de parte de Lance alerto Keith, quien al voltear a verlo notó como ya estaba cabeceando y la manta no lo cubría del todo, el príncipe tomó de la esquina del cobertor y lo cubrió lentamente para no despertarlo, al regresar a su posición inicial se asustó al sentir una cola castaña rodeándolo por la cintura, como si esta lo abrazara, y se enterneció al sentir a Lance durmiendo con pequeños ronquidos sobre su hombro. Pasaban los minutos, o al parecer horas lentamente sus ojos se fueron cerrando, teniendo como última imagen al fuego en frente de el extinguiéndose, como si le dijera que ya era hora de dormir, así que sus párpados sin fuerza se rindieron ante el sueño y la calidez que le deba la cobija y el felino a la vez.

Los cacareos de marmora anunciaban un nuevo día, con pereza Lance abrió sus ojos y los frotó con pereza, al momento de intentar levantarse del suelo para poder estirarse mejor, pero fue detenido por una fuerza proveniente de su espalda baja, que lo mantenía anclado al suelo. Confundido miró a su lado y le dio un pequeño infarto al ver al príncipe dormir tranquilo y pacífico, y como su cola sobre salía rodeando su cintura, jaló con suavidad de esta para no despertarlo, al lograr liberar su cola del agarre involuntario, se levantó lentamente y cubrió por completo al chico con la cobija, entró a la cabaña y sacó una almohada, y la apoyó en el suelo para después acomodar a Keith de forma vertical, no queria que despertara con el mismo dolor de cuello con el que él había despertado.

Con pereza se estiró, mientras soltaba varios bostezo, hace mucho tiempo no dormía con tal calidez que lo hacían querer quedarse aun dormido, quedarse al lado de Keith y sonreír inconscientemente ante las suaves cosquillas que le causaban el feo mullet, que a la vez no podía admitir que le encantaba como le quedaba.

Igual de puntual que siempre, Lance llegó a su trabajo matutino, saludó a la rubia con una sonrisa, estaba más feliz de lo que podía esperar. Nyma con un leve sonrojo en sus mejillas suspiro cansada y llamó a Lance para hablar con él personalmente, en primer lugar se disculpó por su fría actitud después de la fiesta, no sabia como actuar frente al felino despues de que este se confesó, realmente lo consideraba una gran persona y amigo, y no quería que su relación se tornara a mal, Lance aceptó comprensivo sus disculpas, aunque ha sido rechazado no podía negar que era una gran chica, se dieron un corto abrazo después de haber aclarado las cosas.

Lance se dirigió donde su gran amiga Kaltenecker, esta lo recibió con un mugido y empezó a mordisquear de su camisa, inexplicablemente feliz, abrazó a la vaca, desde la mañana sentía una agradable calidez que le no le permitía evitar sonreír. Soltó su camisa con cuidado, y se dispuso a empezar con su labor, tomó las dos cubetas listas y las llevó a una la pequeña casa que tenían que se encontraba en el medio de toda la granja.
Dejó una cubeta en el meson de la cocina y se dirigió a la puerta de la cabaña, nuevamente fue detenido por Nyma, quien lo detuvo por algo que tenía algo distinto de qué hablar.

–Lance, tengo que preguntarte algo.

–¿Qué es linda? –a pesar de saber que no seran nada, no puede dejar de lado su lado coqueto.

–Tú y tu amigo de la reunión, ¿son algo más que amigos?

La cara de confusión de Lance no podía ser mayor –hablas de... no, no sé de que hablas.

La rubia negó decepcionada,
– Ya sabes, ¿ya dieron el siguiente paso?

Lance negó, no entendía a lo que se refería.

–Ya sabes, después de que te rechace te le quedaste mirando todo el tiempo, parecias celoso, no te veias afectado por que te rechace, parecías molesto por otra cosa.

La palabra "celoso" retumbaba en su cabeza, después de unos segundos de análisis sus mejillas enrojecieron, y empezó a mover sus brazos en el aire en modo de negación.

–¿De qué hablas? obviamente me dolió tu rechazo.

–No me cambies de tema, pero bueno, yo pensé que serias de esos chicos que se ofenden cuando son rechazados, me sorprendí cuando aceptaste que fueramos solo amigos.

En verdad no se equivocaba, Lance siempre quedaba resentido tras cada rechazo, pero esta vez fue diferente, aunque no olvidaba el rechazo, parecía no afectar, algo tan extraño que notó Lance mismo.

–Lance, a mi me ha gustado ese semi-orco desde hace mucho tiempo, siempre me convencia a mi misma que alguien más me gustaba, pero cada vez que era pareja de alguien más, no era feliz y tuve que aprender a quitarme patanes del camino, mi vista siempre se ha dirigido hacia él, es como un radar –señaló a la a ventana donde efectivamente estaba– inconsciente mente tu mirada se va por quien realmente te interesa. ¿sabes a que quiero llegar con esto?

–¿Rolo te ha gustado por mucho tiempo, por eso no puedes aceptarme y que eres capaz de defenderte si me paso de listo?

La rubia negó y le dio un golpe en la nuca, recibiendo un quejido en respuesta.

–Eres igual de lento que yo en en pasado, hablo de que posiblemente te hayas convencido a ti mismo que yo te gusto, pero existe la posibilidad de que en realidad te guste alguien más, y que sólo te has engañado a ti mismo.

–Eso es imposible –sus tartamudeos y su cara completamente colorada no le daban mucha credibilidad.

–Esta bien, lo que digas, pero recuerda bien mis palabras. Y creo que ya es hora de que vengas al mercado y de paso me visitas –la rubia le sonrió amistosamente y se despedía con la mano.

Lance asintió aun confundido, muy confundido. Tomó su cubeta y empezó a caminar de regreso a casa, aún con aquellas palabras en mente, ¿qué es lo que en realidad siente por Keith?.

¡No Soy Una Princesa! - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora