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capíтυlo 33:  вιenvenιdo al caѕтιllo

Pasaron largos minutos en los que contemplaban lo poco que quedaba de aquel lugar al cual podían llegar a llamar hogar, pero ahora solo estaba hecho llamas, los caballeros que solo pasaron poco tiempo en el lugar, se compadecieron, esa cabaña era realmente extraña a decir verdad, la cocina, sala y una pequeña bodega bajo las escaleras, todo esto se encontraba en el primer piso, y en el segundo piso solo se encontraba el pasillo de las escaleras, el cuarto donde el príncipe dormía, y como no, el tejado donde Lance durmió acurrucado entre montones de cobijas, algo extraño de describir, pero para los que vivieron en ella por tanto tiempo era simplemente perfecta.

Empacaron lo poco que quedaba en la bolsa de Lance y emprendieron el no tan largo camino hacia el pueblo, para después ir al castillo, Acxa cargó a Marmora, y ––por el momento–– Marmora Jr se acomodó sobre los hombros de Keith, Lotor mantenía una distancia prudencial, pero Lance se quedó estático en su lugar, mientras miraba a lo que era la cabaña.

–¿Sucede algo? –se acercó Keith y el pequeño dragón saltó a sus hombros y lamió la mejilla del felino.

–Un adivino llamado Slav me advirtió que esto pasaría, –mantenía la mirada y las orejas gachas–, pero ignoré su advertencia y ahora un valioso lugar para ti y tus padres sufrió las consecuencias.

El príncipe puso una mano en su hombro. La cual el dragón utilizó de puente para regresar, llamó su atención y sonrió con tranquilidad.

–No debes preocuparte por eso, lo que pasó es algo que no se podía evitar, además, lo que importa es que todos estamos bien ¿no?

Lance levantó la cabeza y asintió ahora con una leve sonrisa, rápidamente Keith se dio la vuelta y regresó al lado de sus amigos, Lance suspiró sin borrar la sonrisa de sus labios y en una breve carrera los alcanzó y se unió a la conversación, poco antes de llegar al pueblo, Keith se preparó apropiadamente, se colocó el antifaz y se cubrió apropiadamente con una capucha.

Después de unos minutos caminando llegaron al pueblo donde se encontraba Ezor y Zethrid, la pareja de chicas tuvo que finalizar con su cita, se dirigieron hasta el establo donde yacían los caballos, el camino del pueblo al castillo era considerablemente largo, así que era mejor ir a caballo. Zethrid tuvo la intención de dejar uno de los caballos disponible, pero el caballo no podría con su peso sumado al de Ezor.

Acxa por su parte propuso que Lotor llevara a la gallina y cabalgara el mismo caballo que ella, sorprendentemente accedió, a pesar del picotazo de antes, Lotor y Marmora terminaron en buenos términos; ahora solo faltaba un caballo para Lance o que compartir el caballo, pero este se negó, ya tenía malas experiencias de caballos corriendo como locos y clavar sus garras en ellos accidentalmente, iría por las copas de los arboles sin problema.

De esta manera cabalgaron a través de aquel camino que se perdía en la maleza, y rodeaba una pequeña montaña, los caballos iban adelante y Lance los seguía por atrás con el dragón en los hombros, pasó rededor de medía hora y ya eran visibles las torres altas del castillo.

–¿Por qué no vamos por el camino principal? –Lance vio como Lotor se tambaleaba y abrazaba a Marmora con fuerza–, no es por quejarme pero esta es la tercera vez que Lotor casi se cae por los movimientos bruscos del caballo.

–El camino principal esta lleno de ladrones, la ultima vez intentaron robar mi espada –contestó Lotor con tristeza y furia.

–Además es un camino directo con los establos, da a la parte de atrás del castillo –añadió Keith.

Después de las palabras del príncipe, a Lance le era difícil quitarle la mirada de encima, se sentía muy afortunado, es guapo, fuerte e inteligente —la verdad no mucho, pero Lance es más de lo mismo—, y en uno de sus rápidos vistazos, no miró que al frente no había lugar donde aterrizar en su siguiente salto, así que en cuestión de segundos empezó a gritar como loco al caer de uma gran altura, pero cayó suavemente sobre el suelo, el dragón sujetó su ropa con fuerza y alzó vuelo, pero no tenía la fuerza suficiente para hacerlo volar, peeo por lo menos fue un suave aterrizaje.

–¿Estás bien? –Keith retrocedió hasta él inmediatamente, le había dado un susto de muerte.

–Sí, eso creo –se iba a rascar la cabeza pero el dragón se encontraba sobre esta así que mimó al dragón en su lugar–, no volveré a subir allá arriba.

–Faltan cinco minutos para llegar, puedes ir a pie sin problema –Acxa informó.

Dicho y hecho, llegaron en cinco minutos hasta el establo, una alta chica de piel grisácea y ojos negros abrió las puertas del establo.

–Es un honor volver a a tenerlos por acá, príncipe, caballeros –hizo una cortes reverencia, y cuando los observó detenidamente, notó a un completo desconocido al lado de Keith, entró en pánico–, ¡hay un malhechor al lado del príncipe, guardias!

Los gritos de la chica confundieron a todos, sobre todo a Lance quién miraba a todos lados.

–Calma Shay, él es un invitado, te presento a mi hijo –aclaró Zethrid, la unica que entendió rápido la situación, bajó de su caballo y arrastró a Lance hasta la chica–, su nombre es... –se quedó callada, no lo sabía.

–Su nombre es Lance, y es el invitado 'especial' del príncipe –Ezor complementó y añadió un insinuante comentario, la pareja mencionada enrojeció hasta las orejas.

–Oh, disculpe por ser tan maleducada, es un gusto –Shay volvió a hacer una reverencia.

–Es un gusto para mi también –el felino le siguió con una reverencia.

–No estoy de acuerdo con esto, yo soy el invitado especial –Lotor hizo un puchero y abrazó la gallina contra su pecho.

–No es especial ni fue invitado –Keith comentó serio para si mismo, pero Lance alcanzó a escucharlo y aguanto el reír.

Después de dejar los caballos en el establo, el ambiente para la pareja se volvía más pesado con cada paso que daban en dirección a la puerta del castillo, Keith tendría que presentar a su novio y Lance conocerá a sus suegros, ambos estaban envueltos de nervios. Al entrar al castillo ninguno de los sirvientes dijo palabra alguna, el príncipe iba de la mano con un desconocido con rasgos gatunos, este miraba maravillado los alrededores, nunca estuvo en un castillo antes, finalmente llegaron hasta la puerta que daba a la sala de los tronos, donde rey y reina se encuentran.

Las chicas —y Lotor— se adelanaron a entrar, una eforica voz de una mujer y otra más calmada de un hombre saldaron a los recién llegados.

–Bienvenidos mis niños, ¿dónde está mi hijo? –preguntó la reina.

Con suavidad y sumamente lento Keith empujó la puerta, sujetó firmeme la mano de Lance, regresó a verlo y se decepcionó al ver como una mano enterraba las uñas el la pared, rasgando el tapizado, desde la perspectiva dentro de la habitación, Keith hacía fuerza con algo para que entrara, hasta que finalmente entró con el moreno, que quedó con residuos del tapizado en las uñas, llegaron hasta quedar en frente de los tronos y ya se encontraban sudando.
La reina los miró con curiosidad, mientras que el rey sonreía de lado, parecían apunto de explotar.

–Lance, novio –el príncipe señaló a su pareja, era como un bombillo fundido.

–Ser un honor –hizo una torpe reverencia, Lance no ayudaba de a mucho.

–Mi nombre es Krolia, y él es mi esposo Texas –la mujer se presentó con una gran sonrisa.

–Texas es el caballo, cariño, mi nombre es... –el hombre no pudo terminar.

–Cierto, soy muy mala para los nombres ¿cierto Yorak?

–Soy Keith, mamá.

–Que gusto tan feo para nombres el de mi esposo, ¿Qué opinas tú, Lonce?

–Bueno, a mí me gusta Keith, ¡quiero decir su nombre!, tampoco quiero decir que no me guste Keef...

–Mi nombre es Keith –el príncipe frunció el ceño, no se podía sentir más confundido.

[conтιnυará...]

P e r d o n e n l a d e m o r a.

¡No Soy Una Princesa! - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora