capíтυlo 30: ѕιeмpre correѕpondιdo
–Por favor, perdona al salvaje de Keith –la chica se acomodó el flequillo–, no entiendo de donde sacó ese tipo de comportamiento, pareciera que no fue criado en un castillo –la chica comentó con decepción.
Por su parte el príncipe intentaba soltarse de la torcedura que Acxa le ejercía en el brazo.
–Creo que sería bueno que lo soltaras –Lance comentó nervioso.
La chica algo confundida soltó a Keith, el pobre príncipe se sujeto el brazo como si este se le fuera a caer, mantenía la mirada baja y solo miraba Acxa de mala manera, la chica lo estaba avergonzando de manera exagerada.
–Es entendible que quieras dejar a Keith, después de todo él se lo buscó –la chica se cruzó de brazos.
Keith levantó la mirada del suelo y codeó molesto a Acxa.
–No hables de más –le habló con obvia molestia–, esto no es tú asunto.
–Lo será siempre que actúes de manera tan impulsiva y no uses esto –Acxa se refería con 'esto' a su cabeza, la cual nuevamente volvió a golpear.
Ambos empezaron a pelear frente al incomodo Lance que no entendía esa relación de afecto-desprecio, fingió una tos falsa y llamó su atención.
–Lo de dejar a Keith es una idea que no ha pasado por mi cabeza y no creo que llegue a pasar–Lance se rascó la cabeza, se sentía nervioso y con nula seguridad frente a su familia–, vengo a poder hablar, sobre bueno, todo lo que está pasando.
Los primos se miraron uno al otro y después miraron directamente a Lance, poniéndolo aun más nervioso.
–Me gustaría que habláramos, a solas –pidió con mucho nerviosismo, esperando no sonar irrespetuoso.
–Keith, ya escuchaste, déjame que yo resuelva esto por ti –le dio un empujón a Keith para que se fuera.
–Hablar con Keith –aclaró en un hilo de voz, a lo que la chica asintió comprensiva.
–Los dejo solos entonces –se alejó de la puerta, no sin antes susurrarle a Keith–, no lo arruines.
Acxa fue escaleras arriba hasta llegar a la habitación, y la puerta siendo cerrada se escuchó hasta abajo, donde dos manojos de nervios se suponía que iban a hablar, pero solo evitaban mirarse uno al otro, los dos estuvieron a punto de hacer cosas ridículas.
–Lo siento por lo que pasó antes –Keith se disculpó intentando mirarle, pero era algo difícil.
–¿Qué? No, yo lo siento por lo que tuviste que pasar antes –Lance se disculpó de regreso–, debiste sentirte engañado, pero ahora todo esta arreglado.
–Sí un poco, pero eso no quita que te deje solo sin oportunidad de explicar –el príncipe frunció el ceño.
–Pero lo justifica el hecho que no te haya contado la verdad antes, tenias tú confianza puesta en mí –reaccionó de manera negativa.
–¡Ya cállense y lleguen a algo, de los dos es la culpa! –gritó desde arriba Acxa y Lotor se reía de la situación.
A pesar de estar solos en la habitación, tenían dos –o más– espectadores, Keith molesto por la interrupción tomó el hacha, la tiró al techo y lo atravesó causando que Lotor soltara un agudo grito de terror, satisfecho se dio la vuelta y encontró a Lance con dos joyas entre sus manos las cuales se le hacían familiares de algún lado.
–Estas pequeños collares iniciaron con el problema, el día que fuimos al pueblo vi como tus ojos brillaban al verlas, así que las quise conseguir para ti –con manos temblorosas se las entregó–, las robé y pasaron tantas cosas que me olvidé completamente de su existencia hasta, lo que pasó hoy.
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¡No Soy Una Princesa! - Klance
HumorHace mucho tiempo atrás nació el príncipe heredero del reino de la familia real Kogane, un reino prospero y lleno de diversidad sin prejuicios Al príncipe no le agrada la idea de pasar su vida sentado en un trono, así que el príncipe de nombre Keith...