|prιncιpe|

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capιтυlo 20: pelιgro ιnмιnenтe.

Con algo de pereza Lance hizo un pequeño estiramiento e hizo un clavado para entrar al agua. Keith sin apartar la vista de él, se sentó a la orilla y metió los pies formando ondas y chapoteando el agua.

Lance nadó hasta quedar enfrente y esperó a que toda la atención estuviera enfocada en él.

–Para aprendices como tú, este es el nado más básico, pones tu brazos frente a ti y haces como si gatearas rápido –empezó a relizar ese movimiento, encorvando de manera adorable la manos– después sacas el tronco a flote y  pataleas haciendo de esta manera estaras nadan- ¡hey!

La risa escandalosa de Keith no lo dejó continuar, reía con ganas hasta de sus ojos salían pequeñas lagrimitas.

–Pa...pareces –intentó hablar, siendo difícil por su incontrolable respiración– un pe...perrito –las risas volvieron, cayendo hacia atras, agarrándose el estomago y retorciéndose en la tierra.

–¡No me compares con ese pulgoso animal! –dijo Lance ofendido, pero Keith no le prestó atención.– reír es lo que quieres, ¿eh?

Nadó hasta donde los pies de Keith se sumergían, acarició la base de estos y con una sonrisa maliciosa, empezó a hacerle cosquillas en los pies, Keith rió con más fuerza, empezando a patalear, casi llevándose la cabeza de Lance de una patada.

Lance salió del agua, Keith dejó de reírse y empezó a regular su respiración, la cual se cortó al ver como Lance se ponía encima suya con una sonrisa. Keith enrojeció, antes de que pudiera preguntar —algo que no hubiera pasado porque su voz no saldría—, un ataque de cosquillas cayó a sus costados, en su cintura, Keith volvió a reír enérgicamente, moviéndose como gusano y pataleando. Lance sonreía como tonto al verlo reír tan enérgico y lleno de vida.

Las cosquillas se detuvieron y nuevamente Keith empezó a jadear recuperando la respiración y regresando a la realidad. Apenas abrió los ojos después de las fuertes carcajadas, lo primero que se topó fueron los ojos azules justo como el cielo detrás de él. Keith parpadeó varias veces, confuso por la directa mirada que tenía de Lance.

Se quedaron un rato  mirándose uno al otro, parecían estar en una burbuja donde nadie más existe. Lance cubrió sus ojos, los más sentidos de Keith se agudizaron al no poder ver, sus mejillas enrojecieron aun más al sentir una cálida respiración sobre sus labios, una mano pasó bajo su espalda, rozando con su largo cabello, esta lo levantó del suelo, ligeramente.

–¿Lance? –preguntó confuso.

Al decir su nombre, la respiración de Lance se alejó de su rostro, dejando a Keith confuso y un tanto desilusionado. La mano que cubría sus ojos se alejó y pasó bajo sus piernas, lo levantó en cuestión de milisegundos, pasó a estar sobre su hombro, teniendo una perfecta vista de los pies de Lance corriendo hacia la laguna. Y tuvo la excelente vista de como caían dentro del agua y bajo esta pequeños animales huían despavoridos.

Al caer bajo el agua, Lance cuido el detalle de ir a la mano con Keith para que este no se ahogara, Keith miraba con asombro ese mundo bajo el agua, Lance podría quedarse toda la vida observando lo bello que se veía rodeado de curiosos animales.

Por desgracia esos pequeños animales salieron desaboridos del lugar, una serpiente aparecía detrás de Keith, Lance se alarma, y empieza a nadar a la superficie arrastrando a Keith consigo.

Flotando en la superficie empezaron a recuperar el aire perdido, Keith tenía todo el cabello cubriendo su cara, después Keith movió su cabello hechandolo hacía atrás, mojando al embobado se Lance que lo observaba.

–¿Sucede algo? –preguntó Keith al ver su cara de tonto de Lance.

–¿mh...? –Lance sacudió su cabeza y sus mejillas enrojecieron– no pa...pasa nada, solo salgamos rápido de aquí.

Lance salió evitando mirar a Keith para que este no lo viera sonrojado. Lance no podía seguir actuando se esa manera, avergonzandose y acobardandose, ese no era él, no podía ser tímido, él era el seguro Lance, quien no tiene miedo a decir lo que siente, pero ahí esta, ocultando su rostro e incapaz de hablar. Tomó un largo suspiro, mentalizando la idea de confesarse, giró sobre sus pies con los ojos cerrados, tomó un último suspiro con su mente ahora despejada y tranquila.

–Hey.... hay algo que he querido desde hace tiempo... –abre los ojos– tú... ¡qué estas haciendo!

Keith volteó a mirar confuso, su pie estaba apricionando a la serpiente, la cual se retorcía para escapar. Lance quedó boquiabierto al ver cómo sin miedo tomaba la serpiente y la inmovilizaba lanzándola lejos. La serpiente en lugar de volver, huyó lo más rápido posible.

–¿Qué querías decirme? –preguntó Keith con una tranquila sonrisa.

Lance tragó saliva, la impresión perdió toda la seguridad que había reunido.

–Keef, tú me... me... ¿cómo hiciste eso?

Lance se golpeó la cabeza, había perdido la oportunidad, aunque ese no era el momento oportuno.

–Cuando era pequeño visitaba al viejo caballo de mi padre al establo, y una gran serpiente entró y lo asustó, así que para que no causara más problemas, saqué a la serpiente del establo y la llevé al castillo, desede entonces es mi mascota. ¿es raro?

Lance tuvo que dejar su cara de total asombro

–Yo pensaba que una princesita como tú no encajaría con lo salvaje y sí que estaba equivocado –bromeó.

–¿Cómo me dijiste? –Keith preguntó retador.

–¿Princesita? –sonrió malicioso.

–Oh, ya veras lo que este príncipe puede hacer.

Antes de que Lance pudiera hablar, fue tacleado y sometido contra el suelo. Con piernas aprisionados, y manos igual sobre su cabeza. Lance ni si quiera pudo reaccionar.

–¿Qué te parece esto?

Lance suspiró con el poco aire que le quedó después de haberlo perdido al chocar contra el suelo.

–Eres... Asombroso –Lance respondió.
Los ojos de Lance brillaban, sus mejillas ligeramente coloradas y el tono de voz fue suave, cosas que hicieron a Keith enrojecer.

–Keef... hay algo... que he querido decirte...

Keith soltó sus piernas, lo miraba directamente a los ojos, esperando algo impaciente.

–Es algo difícil de decir, sabes, no me había sentido igual antes. En todo este tiempo, tú me has...

–¡Principe! ¡vengo al rescate! –una voz desconocida junto al sonido del trote de caballos se escuchó a lo lejos.

–Qué demo- ¿Lotor? –Keith soltó a Lance y se levantó confuso.

–Mi querido príncipe –Lotor bajó de su caballo y empezó a acercarse con los brazos abiertos– estuve tan preocu-

Un certero puño cayó sobre su mejilla dejándolo con los brazos abiertos.

–Sigues igual de fuerte que siempre –sin darle mucha importancia al dolor en su mejilla se acercó y lo abrazó– que bien que te encuentro, me dijeron que te secuestró un feo felino, pero tú lo pudiste someter, eres asombroso –Keith gruñó al escucharlo, era muy distinto cuando Lance lo dijo–, caballeros, retengan al secuestrador volveremos al castillo.

El siguiente capítulo esta en progreso y lo publicare pronto, en alrededor de dos días. Estaré en un semi-hiatus, no estoy he estado de buen humor, cosa que me impide escribir, pero haré todo lo posible por recompensar el tiempo sin publicar ^-^

¡No Soy Una Princesa! - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora