|вorracнera|

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capιтυlo 16: ғυera de caѕa

–Él es mío.

Dijo serio, al parecer molesto, pero segundos después su rostro cambio a uno que muestra nerviosismo y pena por sus rojas mejillas.

–Quiero decir... no es que sea mío... solo... él...

Con frustración por no poder seguir con sus argumentos, cubrió su rostro con sus manos, esperando que Nyma no lo viera en ese estado.

–Calma 'Texas', sé a lo que te refieres –dijo consoladora– de seguro lo quieres solo para ti, y por eso lo estas reclamando como tuyo.

Con esas palabras, más calor se acumuló en su rostro, hasta llegar a su cuello y orejas. La chica soltó una pequeña risa enternecida y tocó su hombro comprensiva.

–No te preocupes, no es malo tener celos de vez en cuando, así que no te preocupes, yo y Lance no tenemos nada y no habrá nada.

Keith soltó un disimulado suspiro de alivio.

–Quiero lo mejor para Lance, así que espero que algo suceda entre ustedes– sonrió amable haciendo sonrojar aun mas a Keith– ahí viene, actúa normal –susurró la rubia.

-–Nyma, mañana no iré a trabajar, mi espalda esta matando –Lance adolorido se apoyó sobre Keith pasando su brazo por sus hombros, haciéndolo tensar.

–Como digas Lance, vete a descansar.

La chica los despedia con la mano mientras estos se alejaban, un exhausto Lance y un extremadamente silencioso Keith.

–Espero que estes preparado para una noche de diversión.

Keith lo miró confundido, ahora sin su antifaz y capucha, no entendía a que se refería, solamente asintió y siguió el camino por donde Lance lo llevaba.

Llegaron a una gran casa, con un letrero en la puerta al parecer en idioma de otro reino, porque no entendía lo que este decía.

Keith miraba confuso a Lance esperando que le diera alguna respuesta, este solo sonreía triunfal, se separó de Keith y se ubicó frente a la puerta tomando la manija.

-–Preparate para tu primera ... –abrió poco la puerta hasta abrirla en su totalidad– ¡...borrachera!

La cara de Keith mostraba aun más confusión al ver como personas sonreían tontamente, con vasos llenos de un liquido anaragado y otros pidiendo que sus vasos fueran rellenados.

–¡Bienvenidos! –gritó con emoción la señora o señor —era confuso por su bigote— de gran tamaño.

–¡Coran! ¡Tengo que presentarte a alguien!

Lance entró, seguido por Keith quien sólo entró por las señas de Lance. Lance y Coran se abrazaron fraternalmente, Keith se encontraba nervioso, estaba en un lugar desconocido, con personas desconocidas, sin disfraz que cubriera su identidad y ademas Coran se veía intimidante.

–Coran, él es Keith. Keith, Coran.

–Es un gusto conocerlo príncipe –susurra Coran haciendo una reverencia.

–Igualmente –dijo con voz temblorosa por la gran diferencia de tamaño.

–No se preocupe, aquí nadie te reconocerá. Todos estan borrachos y otros son de otros reinos, así que no tienes por que preocuparte.

Keith suspiró ahora más tranquilo, Lance lo guió hasta la barra donde tomaron asiento y ya habían cervezas servidas.

–¿Qué es esto? –preguntó Keith levantando el vaso y mirándolo con curiosidad.

–Cerveza y de la mejor calidad –devolvió la mirada a Coran y le guiñó el ojo.

Coran rió ante el comentario y dejó una jarra de cerveza frente a ellos, devolviéndole el guiño a Lance, quien celebró con un pequeño baile por la cerveza gratis.

–Mira Keith, conseguí más cerveza y es gratis –su gran sonrisa paso a una mueca de confusión– ¿Porqué estas molesto?

–No estoy molesto –decia Keith con los brazos cruzados, mirando su vaso y a Coran con odio.

–¡Borra ese ceño fruncido! ¡pruebala! –dio un largo sorbo a su cerveza.

Keith miró desconfiado el liquido, lo olfateo, pero el olor era algo que desconocía completamente, tomando valor levantó el vaso, cerró los ojos con fuerza y bebió un sorbo, al cual le dio una mueca de disgusto.

–¡Sabe mal! –miró molesto a Lance.

–Así es al principio, pero después de unas cuantas... –lo dejó en suspenso al no responder y beber más de su vaso.

Aun molesto siguió tomando a pesar de que el sabor le era de lo más desagradable.

[...]

Keith reía sin parar por lo que Lance decía.

–Vaya, hoy eres más cómico de lo usual –comento Corán mientras limpiaba las barra.

–No sé, creo que es por otra cosa –señaló unos 7 vasos vacíos frente a un borracho Keith.

Coran miró a Keith, luego a Lance.

–¿Qué pasó Lance? apenas vas por la segunda.

–Sabes como soy cuando voy por la tercera, quiero que Keith no tenga que preocuparse de la resaca y la pase bien.

Volteó a ver a Keith con una suave sonrisa al verlo como inspeccionar su vaso vacío como si fuera lo más raro que haya visto en su vida. Llenó nuevamente su vaso.

–Así que... ¿superaste a la invocadora?

–¿Quién? ¿Allura? sí, conocí a una chica maravillosa.

Coran asintió, apunto de felicitarlo.

–Pero ella me rechazó, además hay alguien más –ladeó su cabeza hacia Keith que ya se encontraba dormido sobre la barra.

–Oh...

–No es necesario que digas algo, me estado matando la cabeza pensando al respecto. Quiero relajarme un poco.

–Sí es así, toma cuanto necesites, con la paga alcanzara para unas cervezas más.

–Pero, ¿cómo regresaremos en ese estado?

–Si gustas te puedo dar una de las habitaciones de estadía para que puedan estar tranquilos, pero con la condición de que no hagan mucho ruido –acompañó lo ultimo con un guiño.

–¿Ruido? –su pelo se erizó y sus mejillas enrojecieron– ¡Coran, no digas cosas como esas!

Riendo por la reacción del felino sirvió más cerveza en su vaso, dirigiéndose a atender a más de sus clientes.

–Hasta el fondo... –dijo para sí mismo.

[...]

Ya eran las 12, todos los borrachos salieron del bar, exceptuando a dos con las cabezas recostadas sobre la barra, durmiendo.

Coran limpió las mesas, acomodó las sillas, recogió las propinas, y uno que otro zapato lo dejo en objetos perdidos, solo faltaba limpiar la barra. Se acercó a Lance y de sus bolsillos sacó una bolsa con dinero, contó lo que debía pagar y se quedó con lo que quedaba por las molestias.
Levantó ambos cuerpos, uno a cada lado y los llevó a una de las habitaciones de atrás, que al igual que todo el bar olía a alcohol.

Lance despertó medio consciente y agradeció, quedando dormido al momento, Coran sonrió y los acomodó en las misma cama, y salió para barrer el lugar.

El único detalle que había olvidado fue arroparlos, haciendo que en busca de calor se abracen uno al otro, enredando sus cuerpos y sonriendo en sus sueños.

Gracias por todo su apoyo leyendo lo que escribo, no se como agradecerles correctamente, estoy muy emocionada por escribir en el Klancetober, en serio, me dejan sin palabras.
(*^3^)/~☆

¡No Soy Una Princesa! - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora