capιтυlo 15: de coмpraѕ
–Lance, no puedo hacerlo –advirtió con miedo a ver una gran cantidad de personas frente a él.
–Claro que puedes, saliste del castillo tú para vivir solo en el bosque, tú puedes hacer todo lo que te propongas.
El par de compañeros se encontraba a unos pocos pasos del mercado del pueblo, pero el joven príncipe no se atrevía a dar un paso más, estaba congelado en su posición, abrazándose a sí mismo, y mirando con terror el gentío que se empujaba entre sí.
Lance suspiro y lo miró con algo de ternura, era su primera vez con tanta gente alrededor al parecer, lo obligó a mirarlo fijamente a los ojos aunque apartara la mirada o se cubriéndose con la capucha que llevaba puesta.
–Keith tienes... –detuvo sus palabras de animo al toparse con sus brillantes ojos mirándolo directamente, ese antifaz que llevaba puesto no opacaba el hermoso color morado oscuro de sus ojos.
–¿Tengo qué? –pregunto confuso, nervioso y avergonzado teniendo sus ojos azules sobre él.
Lance no quitó su vista hasta segundos después, con sus mejillas ardiendo y dudosa voz. Tomo aire y responde nervioso.
–Tienes que ser valiente, ¿qué príncipe sale de su castillo para salir solo a la aventura?
–No he estado del todo solo, alguien me ha estado cuidando todo este tiempo– admitió con una suave sonrisa, una sonrisa que hacía Lance temblar.
Nuevamente se había creado un momento de silencio, donde se observaban y no decían palabra para arruinar el momento, solo era un silencio extrañamente cómodo donde estaban perdidos en el mundo de los ojos del contrario. Sus rostros se iban acercando de manera inconsciente, y sus miradas se iban suavizando, ahora observando los labios del contrario, hasta el punto que sus intranquilas respiraciones se mezclaban y los centímetros eran escasos.
–¡Lance, por aquí! –se escuchó la voz de Nyma, haciendo que ambos se separaran.
–Ya... regreso... – anunció, alejándose con la imagen en su cabeza del príncipe mirando a sus pies y manos hechas puños.
–Dime que quieres Nyma– dijo algo molesto, encarándose con los brazos cruzados, colocándose frente donde la chica vendía comestibles que se cultivan en la granja.
–Que malo eres, interrumpo el momentito con tu novio y olvidas que yo los invite aquí –hablo juguetona al ver como se ponía nervioso al decir la palabra "novio".
–Disculpa, pero interrumpiste en un mal momento
–¿En serio? ¿Acaso no se han besado antes? ¿no han ido de la mano y se han abrazado hasta quedar dormidos? –molesto la rubia tras su puesto, golpeando su hombro con una sonrisa juguetona, haciendo avergonzar a Lance que se cubría su rojo rostro y murmuraba que se callara.
–Calmate Romeo, no quiero que te confundan con una manzana y él se ponga triste por venderte –Lance solo respondió con un gruñido– Toma esto, ve y comprale algo bonito –molestó la chica al entregarle una bolsa con unas cuantas monedas.
–¿Qué es esto? –preguntó confuso teniendo la bolsa en las manos.
–No has visto una paga antes, ¿no ladroncillo?, no creas que el trabajo extra que realizas en la granja en vez de pasar tiempo con él es gratis, solo no digas más y ve por él.
El chico-gato agradece enérgico y pide algunos consejos para pasar a Keith desapercibido por el mercado y se retira, no sin antes darle un escandaloso beso en la mejilla como agradecimiento, el cual agradeció al notar como su compañero herrero que estaba en el puesto de enfrente, desviaba la mirada con un gesto enojado.
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¡No Soy Una Princesa! - Klance
HumorHace mucho tiempo atrás nació el príncipe heredero del reino de la familia real Kogane, un reino prospero y lleno de diversidad sin prejuicios Al príncipe no le agrada la idea de pasar su vida sentado en un trono, así que el príncipe de nombre Keith...