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capíтυlo 27: υn poco de dolor.

El tacón de la bota de Keith resonaba en impaciencia contra el suelo de madera, Lotor, Acxa y el mismo Lance estaban sentados en unas sillas de una sala de espera perteneciente a un viejo edificio, Lotor jugaba con Acxa a pelea de pulgares, la chica tenía en su regazo el huevo que obtuvieron de la dulcería, y Keith miraba la desgastada y podrida puerta que tenía encerado dentro a Lance siendo interrogado.

–¿Edad? –preguntó el chico de cabello largo castaño recogido en una coleta.

Lance contó con sus dedos pensando, al final solo se encogió los hombros.

–¿De qué reino vienes?

–Eh, el que está cerca del norte, pero un poco a la izquierda, ¿o era a la derecha?

–¿Vienes de las afueras de un reino?

Lance asintió.

–¿Qué es lo que has robado?

–Ni si quiera sé porque estoy aquí.

–N-7, revísalo.

La chica con mascara de hojalata asintió y procedió a buscar entre las ropas de Lance.

–¡Disculpa señorita!

La callada chica siguió con su trabajo, mientras que desde atrás carcajadas se escuchaban por montones de parte de Lotor, quien se burlaba de Keith, que parecía que estaba a punto de explotar por la impaciencia de tener a Lance tras una puerta. N-7 encontró dentro de una bolsa de recompensa, con la peculiaridad de ser mágica. De esta pequeña bolsita sacó varios objetos de valor que Lance olvidó, y por último los objetos culpables de todo el problema.

–Son estos Matt –extendió su mano con los dos pequeños objetos, la voz chica parecía distorsionada por la máscara, aunque parecía no ser humana.

–Muy bien N-7, al fin atrapamos a este ladrón –tomó en sus manos las dos pequeñas joyas, una roja y otra azul.

Apenas aquellas gemas aparecieron ante sus ojos, Lance recordó inmediatamente aquel regalo que nunca pudo entregar debido a tantas vueltas que se dieron en tan poco tiempo.

–El robo de este par de gemas fue reportado por uno de los vendedores, y después se reportó un sospechoso escape con un sospechoso enmascarado... –Matt cayó en cuenta de algo, pero lo dejaría para después.

–Bien, lo acepto, robé esas gemas, no tengo excusa alguna –agachó la cabeza en rendición.

–Por confesar, los cargos serán menores, pero aun hay algo que necesitamos aclarar –N-7 tomó asiento a lado de Matt tomando nota.

–Tienes razón, ¿Quién era la persona con la que escapaste?, no tienes forma de negarlo, todas las personas que estuvieron presentes son testigos.

–No recuerdo, ese momento pasó tan rápido que no recuerdo a nadie –mintió, obviamente dejando afuera a Keith de ese problema.

–¿Seguro? –una espada fue desenvainada por N-7 y la apuntó a su cuello.

–¿Por qué todos los interrogatorios tienen que hacer uso de la violencia? –dijo en un hilo de voz al quedarse sin aire en un segundo, tragó duro y respondió–, estoy seguro.

–¿En serio?, igual tendremos que proceder a interrogar a el enmascarado de afuera.

N-7 guardó la espada y procedió a esposar a Lance y encerrarlo en una de las celdas internas. Lance se alarmó al ver como el par se dirigió a la puerta que daba a la sala de espera.

¡No Soy Una Princesa! - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora