|eѕтrellaѕ|

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capíтυlo 24: coмeтιdo cυмplιdo.

El troll de gran tamaño caminaba haciendo temblar la tierra por su gran tañamo, silbaba una alegre canción mientras se dirigía a una cabaña que parece perdida en bosque. El troll se detuvo frente a la  cabaña y con sus grandes manos tocó la puerta, mientras que esperaba bajó de sus hombros a un príncipe y un hombre felino inconscientes, llenos de rasguños y moretones; los dejó con cuidado en frente de la puerta. Lotor abrió con brusquedad la puerta mientras se tallaba un ojo, acababa de despertar.

Sus ojos demoraron unos segundos en enfocar al monstruo delante suyo, y a su amigo el principe, y el gato que no le agradaba.

–¡No me lleves a mi! ¡comete a ellos! –se escondió tras la puerta, asomandose por esta– ¡mi mamá me va a castigar si no regreso a casa!

Lotor empezó a lloriquear, suplicando por su vida, la gran mano hecha puño se acercaba lentamente a él, Lotor dio un gritó descomunal que hizo a todos los pajaros y pequeños animales salieran huyendo.

Los lloriqueos de Lotor se detuvieron al ver como no había sido golpeado, abrió sus ojos, se encontró con la gran mano abierta y sobre esta dos frascos que brillaban de una manera particular.

Los ojos de Lotor brillaron por la curiosidad, vio al troll a los ojos y se señaló a sí mismo, el troll sonrió y asintió, emocionado Lotor los tomó y el troll con una reverencia se perdió por el bosque.

Lotor asombrado por ese gran encuentro, intuyó que ese encuentro con ese amable troll era el indicio de una gran aventura para él.

Lotor con la mirada en alto, abrió la puerta y dio el primer paso, pero en lugar de escuchar sus botas contra la madera del suelo, escuchó ese caracteristico sonido de una persona quedandose sin aire. Con miedo, miró hacia abajo, encontrándose a un Lance que dejó sin aire al pisarle el estomago. Suspiró aliviado, se agachó y arrastró a Keith dentro de la casa, dejándolo en el sofá, cerrando la puerta de paso con Lance afuera.

Lotor leyó la etiqueta, era algo extraño el idioma pero entendible, "medicina" se leía en la etiqueta. Lotor —con su poca experiencia— abrió la boca de Keith y le dio de beber de ese pequeño tarrito.

Los ojos de Keith se abrieron repentinamente al tomar el ultimo sorbo y se sentó mirando a todos lados buscando algo.

–¿¡Lance!? –llamó preocupado.

–No soy Lance, soy L-o-t-o-r.

–¿¡Donde esta Lance!? –preguntó algo histérico.

–¿Quién?

Keith ignoró la tonta pregunta de Lotor y corrió a la puerta, abriéndola de una patada, golpeando al inconsciente Lance por accidente.

Después de un inútil "ups, perdón", cargó a Lance hasta el sofá, le quitó de las manos el frasquito a Lotor, y se lo dio se beber a Lance, quién, a diferencia de Keith, despertó poco energético y aturdido, sin poder levantarse del sofá.

–¿Qué pasó? –preguntó confuso Lance sintiendo un punzante dolor en la espalda.

–¡Lance! –exclamó emocionado Keith, agachándose y abrazándolo, escondiendo su rostro en su cuello.

Lance enrojeció completamente, dejándose abrazar, no queriendo salir de lo que le parecía un lindo sueño.

–¿Qué fue lo que pasó? –preguntó Lotor con los brazos cruzados y formando un puchero como reproche por no saber nada.

Keith se apartó, dejando relucir un tono rojizo en sus mejillas y cruzándose de brazos.

–Lance es un idiota –dijo ahora molesto Keith– estábamos peleando contra unos trolls y yo iba ganando. Pero un troll me atacó por atras y el tonto de Lance se puso en medio recibiendo el golpe por mi –agachó la cabeza– no... por mi culpa Lance se lastimó.

¡No Soy Una Princesa! - KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora