Cuídame - Yoonmin

Capítulo 31

Yoongi

Quería ver a Jimin. No me aguantaba estar tanto tiempo sin él, y además teníamos algo importante de que hablar.

Eran como las once de la noche cuando me decidí ir a escabullirme hasta su patio trasero teniendo cuidado de que nadie me viera. Las luces de la casa estaban apagadas así que supuse que su madre ya se había acostado. Jimin nunca se dormiría tan temprano aunque las luces de su habitación también estaban apagadas. Tome unas piedritas del piso y empecé a arrojarlas hacia su ventana.

A la tercera que arrojé, finalmente se asomó.

- ¿Yoongi? - preguntó en voz baja.

- No, Romeo, idiota. Ven a abrirme la puerta.

- No puedo, mamá debe estar abajo. Casi siempre se queda dormida mirando televisión en la sala. Y tiene el sueño muy liviano.

Mierda. Okay, no me quedaba de otra.

Empecé a trepar por la enredadera de la cual me había caído el dia anterior, insultando para mis adentros durante todo el proceso.

¿Por qué hacía esto de nuevo? Ah sí. Por el tonto mocoso del que me había enamorado.

Jimin me terminó de ayudar a entrar una vez arriba, y cuando estuve sano y salvo en el interior de su cuarto me abrazó con fuerza.

- Eso fue tan romántico. - dijo.

- Sí, la verdad nunca me imaginé que iba a estar trepando hacia la ventana del cuarto de un adolescente en la noche, arriesgando mi vida otra vez.

Se rió un poquito y me sonrió pero no tuvo la reacción que esperaba que tuviese ante mi broma.

- Perdón por empujarte ¿Te lastimaste mucho ayer? - preguntó.

- No. ¿Qué te pasa?

Con solo la luz de la luna iluminando su cuarto podía ver su carita. Lo conocía. Había estado llorando.

- Peleé con papá hoy. Vino a casa y me llevó a comer...y no terminó bien. Y...también quiero decirle la verdad a mamá y no sé cómo y esto me esta matando. Perdón. Seguro esperabas encontrarme con otros ánimos para hacer ciertas cosas. - me sonrió pero me di cuenta cuanto le costo regalarme esa pequeña sonrisa.

Estaba triste. De verdad lo estaba. Jamás lo había visto así.

Acaricié su mejilla y luego le di un tierno besito en los labios. Nos sentamos en la cama y le tomé de la mano.

- No vine a eso específicamente. Solo quería verte. Jimin...tenemos que hablar. Sé que no te sientes bien pero...no podemos seguir posponiendo esta charla.

- ¿Qué charla?

- Bueno...para empezar. Tenemos que hablar de nosotros. ¿Qué es lo que...vamos a hacer? Quiero decir...te amo, pero no sé cómo seguir. Tengo que vender la casa y volver a Estados Unidos. Y...

- ¿Vas a dejarme? - preguntó con miedo.

- No quiero eso, bebé. Te juro que no.

- Entonces no lo hagas.

- Pero Jimin...no puedo ser tu novio. No así. No podemos vivir a escondidas, o incluso si tus padres supieran, no aceptaran que estés conmigo. Sobre todo tu padre. Me odia. Hoy...vino a amenazarme.

- ¿Qué?!

- Sí, antes de que viniera a verte pasó por casa. Dijo que quería comprarla para que me fuera de una vez y dejara de verte. Me ofreció mucho dinero.