Capítulo 41

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Yoongi

Giré las llaves de mi apartamento y entré en él.

El viaje fue más rápido de lo que creí pero había vuelto a mi casa prácticamente en modo automático. 

Solo me hice consciente de dónde estaba cuando entré a ese solitario y frío departamento.

- Hogar, dulce hogar. - dije con ironía para mí mismo.

Y pensar que antes me moría de ganas por volver...ahora era el lugar donde menos quería estar.

Solo me quedaba volver a mi vida de siempre...a la rutina y al trabajo. Y esperar para volver a ver a Jimin.

Apenas había ocurrido un día y ya lo extrañaba. Sabía que ese era solo el comienzo de una maldita tortura...

Desempaqué todo y puse en mi escritorio donde solía trabajar la foto de Jimin y mi madre abrazados que traje de casa. Me di cuenta entonces de que yo no tenía fotos con Jimin. Pero me juré a mi mismo que las habría...y muchas...y llenaría ese departamento o donde sea que viviera con todas ellas. Sonreí ante la idea, imaginándome toda clase de momentos y situaciones con nosotros en ellos para fotografiar. Eso me hizo sentir un poco más de calidez en mi oscura soledad.

Fue así que empecé a hacer lo que hasta entonces no había hecho nunca con nadie: soñar. Empecé a crear y a imaginar en mi cabeza las miles de posibilidades que podía tener con Jimin, nuestro futuro juntos y todo lo que me gustaría hacer con él.

Tal vez estaba adelantándome demasiado, pero se convirtió en mi técnica de supervivencia sin Jimin, pensar en el hermoso futuro que nos esperaba juntos.

Al día siguiente, después de una sorpresiva e inesperada buena noche de sueño, le envié un mensaje a mi jefe diciéndole que volvería a trabajar a la empresa.

No tenía ganas pero quedarme en casa no era una opción. Necesitaba distraerme y tener la mente ocupada.

Volver a manejar mi propio auto fue raro. Era de mejor categoría que el que había alquilado allá en Corea pero aún así extrañaba más ese otro de lo que había extrañado el mío propio. Era como si ya casi me hubiese instalado permanentemente allá y me hubiesen regresado de una patada a mi vieja vida. Aún tenía que acostumbrarme...lo cual me llevó unos cuantos días.

Pero ese día cuando volví a la empresa, fue bastante abrumador. Todos parecían felices de verme regresar aunque nunca había sido el compañero más sociable y amigable del mundo que digamos. Los más cercanos me hicieron miles de preguntas sobre mi estadía en el pueblo pero me las arreglé para esquivar lo mejor que pude esa clase de conversación. Era lo que menos necesitaba.

Cuando me senté en mi oficina y me puse a trabajar en la computadora, se me dio por revisar mi correo electrónico. Allí había varios correos de la inmobiliaria y de algunas personas interesadas en la casa de mi madre.

Casi que me había olvidado de que la venta seguía en pie. Al no estar más allí todo quedaba en manos de la inmobiliaria ahora, no había problema con eso en realidad. Sin embargo respondí cada uno de esos correos de las personas interesadas diciéndoles que la casa no estaba disponible por el momento. Ni sé por qué lo hice. Tenía que venderla en algún momento. Pero supongo que no me sentía bien para hacerlo entonces...o tal vez, ya no quería hacerlo.

Jimin

El señor Kim, el psicólogo al que me mandó mi padre, era un tipo bastante serio y poco hablador. Me hizo contarle toda mi historia con Yoongi desde el principio, literalmente le conté desde incluso los primeros recuerdos que tenía de él de la infancia. Y también hicimos hincapié por supuesto en cómo me fui sintiendo diferente los últimos años hasta que finalmente me di cuenta de que era gay.

Cuídame - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora