Capítulo 1

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Pas de Deux:

Paso para dos intérpretes. 

El pas de deux ballet estrictamente clásico siguió un patrón fijo: un adagio apoyado, una variación individual para el bailarín, una variación individual para la bailarina y una coda en la que ambos participantes mostraron su virtuosismo.



Narra Yuuichirou:

—Muy bien, uno, dos tres, pilé en primera, segunda y... fouetté —Indica la profesora haciendo grandes ademanes con sus manos—. ¡Señor Yuuichirou, le agradeceré mucho si deja de jugar con la señorita Shinoa! —Reprende la profesora.

— ¡¿Ha?! ¡Pero yo no estoy jugando con ella! —me excuso indignado—. ¡Ella es la que está molestando!

— ¿Yo? —pregunta ella fingiendo inocencia—. Pero si es Yuu-san el que está obstinado pidiéndome que hagamos un pas de deux conmigo —Explica llevándose una mano al pecho para luego llevarla a su barbilla simulando una pose pensativa—. ¿Será acaso que quiere estar más cerca mío?

— ¿Quién quiere estar cerca tuyo, uva? —exclamo indignado—. Prefiero mil veces hacer un pas de deux con Yoichi, que contigo. Estoy seguro de que es más liviano que tú, gorda —digo mostrándole la lengua antes de sentir un fuerte impacto en mi nuca—. ¡Hey!

Sobándome la zona del golpe me giro a mirar al que se haya atrevido a golpearme, encontrándome entonces con mi padre que me observa con una ceja alzada, casi retándome a decir algo más, pero una vez que sabe que no lo haré relaja su expresión y explica su golpe.

—Ten más respeto, mocoso —bufa Guren poniendo los ojos en blanco—. Discúlpate con Shinoa.

— ¿Y por qué tendría que hacer eso? Solo dije la verdad —contesto con el ceño muy fruncido, reacio a obedecer su orden.

—De acuerdo, no te disculpes, pero no te sorprendas cuando le pida que haga pareja con Kimizuki para la siguiente presentación —comenta con una sonrisa ladina, mientras que yo le miro sorprendido y aterrorizado.

— ¡Perdón! —Me apresuro a decir mirando a Shinoa suplicante—. En verdad lo lamento, uva, no estás tan gorda y no es que en verdad prefiera hacer pareja con Yoichi —añado una vez he recuperado la compostura, a lo que mi padre solo rueda los ojos un tanto fastidiado.

—Ahre, ahre, no lo sé... —responde ella de manera cantarina mientras gira su rostro al lado contrario de donde me encuentro—. ¿Por qué debería dejártelo pasar? —pregunta con picardía en la voz.

—Te ayudaré a buscar evidencias sobre el KimiYoi... —Propongo sin hacer ni el más mínimo esfuerzo por ocultar el pesar que siento.

— ¡De acuerdo! —Una amplia sonrisa le ilumina el rostro y yo suspiro—. Aquí no ha pasado nada —repone animosa mientras que yo correspondo su gesto.

Normalmente no me importaría que me dijeran que mi compañera estará con alguien más para el siguiente balé, pero con Shinoa es diferente; en primera, porque posee una gran destreza para realizar la mayoría de los pasos, principalmente para saltos y caídas de punta, cosa que facilita mucho mi trabajo; y en segunda, porque si me cambiaran de pareja, lo más probable es que tendría que estar junto a Mitsuba, y aunque ella también tiene grandes dotes, cuando hacemos pareja, parece convertirse en una roca al momento de los giros, lo que dificulta en sobre manera la coreografía, lo que hace que a mitad del espectáculo ambos estemos realmente cansados y que cuando lleguemos al final, apenas si podamos mantenernos en pie; así que, para evitar complicaciones, suelen ponerme siempre con Shinoa y a Mitsuba con Kimizuki, lo que da un gran resultado al momento del espectáculo.

A la luz del reflectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora