Disclaimer: Seraph of the End (終わりのセラフ). Historia de Takaya Kagami e ilustrado por Yamato Yamamoto.
Parejas: Mikaela Hyakuya x Yūichirō Hyakuya.
Advertencia: Historia con romance homosexual (chico x chico).
Mikaela será dos años mayor a Yuu (Mikaela 17 años de edad y Yuu 15 años de edad).
Yuu tendrá el apellido Ichinose y Mika el apellido Tepes.
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Narra Yuuichirou:
– Bien chicos –dice Narumi dando un par de aplausos, antes de indicar que nos agrupemos cerca de él– ése fue nuestro último ensayo. Lo han hecho muy bien, mejoraron mucho, se nota el esfuerzo...
– Ay, Narumi-san, ya suenas como una mamá –burla mi amiga de cabellos lilas, con su típica expresión bromista– solo falta que digas que estás muy orgulloso de nosotros. ¿Lo estás, mami Narumi?
El rostro de nuestro profesor se tiñe en tonos rojizos, a lo que todos comenzamos a reír, mientras él se queja por lo bajo de nuestra falta de respeto hacia él y otros comentarios a los que nadie pone atención.
– ¡Bueno ya! –gruñe pasando su mano entre sus cabellos, frustrado y avergonzado– como sea. Estoy orgulloso de ustedes chicos. Así que espero que no me decepcionen mañana en las audiciones.
– Estoy segura que no lo haremos –repone Mitsuba con una pequeña sonrisa orgullosa, mirando directamente a los ojos del mayor.
– Sí mami –repone Shinoa guiñándole el ojo– daremos todo de nosotros. No debes preocuparte ma-mi.
– Tsk, son unos mocosos odiosos –se queja nuestro docente chasqueando la lengua, antes de encaminarse a la salida– descansen bien hoy. Mañana deben de darlo todo. No me hagan quedar mal, o los haré sufrir, mocosos del demonio. ¿Atendido?
– ¡Sí mami! –decimos todos al unísono, a lo que lo escuchamos gritar exasperado, para luego salir del lugar con prisas.
Sin poder evitarlo, todos comenzamos a reír con ganas ante la reacción de Narumi ante las burlas de Shinoa, quien está más que orgullosa de su obra y se regodea en su logro durante unos minutos, en los que continúan las risas.
– Vaya que eso fue bueno –dice la rubia sosteniendo su estómago, soltando aún leves risillas– Shinoa ¿viste su cara? Estoy segura que quería golpearte.
– Todos la vimos –repone Yoichi, intentando dejar de reír– te dije que no le gustaría el apodo.
– ¿Tú lo pensaste? –le pregunto a mi amigo, con sorpresa entre carcajadas que van disminuyendo de a poco en poco.
– ¿Quién más? Detrás de una gran broma, hay dos grandes amigos –canturrea la peli-lila, abrazando al castaño por sobre los hombros– ¿Verdad Yoichi?
Él se limita a asentir, mostrando una amplia sonrisa que ella le corresponde, para luego ambos estallar nuevamente en risas, que poco a poco nos contagian al resto.
Luego de un rato más de risas y bromas, la plática se centra en las audiciones de mañana, y aunque nadie lo menciona en voz alta, es más que obvio que todos estamos más que nerviosos por lo que pueda suceder.
– Bueno, bueno –toma la palabra mi amiga de ojos cobrizos– dejemos de preocuparnos por eso, seguro que todo saldrá bien.
El resto la miramos confundidos y desconfiados ante sus palabras. ¿Siquiera ella se lo cree?
– Sí, Shinoa tiene razón –le secunda Mitsuba, con su típico tono desinteresado– si seguimos preocupándonos tanto por ello, seguro lo haremos mal. Lo mejor será relajarnos y confiar en que lo haremos bien.
Silencio.
Todos guardamos silencio, pensando en las palabras de las chicas, hasta que el poste de pelos rosados suelta un suspiro y nos da un breve sermón, que en resumidas cuentas, nos dice que debemos confiar en nosotros y en todo el tiempo que practicamos.
– Sí, Kimizuki-kun tiene razón –sonríe Yoichi mirando al nombrado– estuvimos ensayando bastante, seguro que todo saldrá bien.
– Sí, hay que confiar en la enana –digo mostrando una sonrisa confiada antes de ponerme en pie– así que, no hay que preocuparnos tanto –hago un ademán para quitarle importancia al asunto, intentando aparentar así mayor seguridad– ahora debo irme, recuerden lo que mami Narumi dijo –les guiño el ojo antes de encaminarme a la puerta– los veo mañana.
Salgo del lugar con prisas, con los nervios recorriéndome todo el cuerpo. Sé que acabo de decir que todo estará bien, pareciendo confiado ante mis amigos, pero... la verdad es que estoy aterrado.
Las audiciones de mañana son lo que dictará si podré llegar a ser o no, el mejor bailarín de la academia.
Apresurado llego a las regaderas y comienzo a desvestirme, para poder tomar una ducha y así poder tranquilizarme, pero al ver mi reflejo en el espejo, el nerviosismo incrementa y me obliga a recargarme en el lavamanos, ya que siento mis piernas demasiado débiles como para sostenerme de pie.
– Necesito... Necesito conseguir un papel principal... –susurro con un hilillo de voz.
Centro mi mirada en una gota de agua, mientras que por mi mente comienzan a correr millones de escenarios distintos donde fracaso en el momento de la audición.
Donde caigo al aterrizar de un salto.
Donde no puedo continuar con las vueltas.
Donde no levanto mi pierna lo suficiente.
Donde no hago la postura correcta.
Donde olvido los pasos.
Donde...
– Hey –escucho que alguien me corta mis pensamientos y me regresa a la realidad de golpe.
Lentamente me giro a ver a esa persona, y me encuentro con los ojos azules de Mika, que me observan preocupados y curiosos por saber lo que me sucede.
– ¿Estás bien? –pregunta acercándose lentamente hacia a mí, colocando una de sus manos sobre mi hombro izquierdo y la otra desciende para entrelazarse con mis dedos.
"Sí", es lo que quiero decir, pero "no" es la realidad. Mas mi garganta se ha cerrado y mis labios se niegan a pronunciar palabra, así que me limito a observarlo, perdiéndome en sus hermosos zafiros, tratando de tranquilizarme solo con su mirada.
– Yuu-chan –susurra antes de apegarme a él y abrazarme con fuerza– eres un pésimo mentiroso, ¿lo sabes verdad? Todos nos dimos cuenta de que te sientes mal...
¿Todos? ¿Los chicos lo notaron? Supongo que sí soy pésimo mintiendo. Con lentitud llevo mis brazos a la espalda de mi rubio, para abrazarlo también disfrutando de su abrazo y su calor, disfrutando de su aroma y su tacto, disfrutando de la tranquilidad que solo él logra darme.
– Estoy muy nervioso –admito en un susurro, enredando mis dedos en sus cabellos– hay muchas, demasiadas posibilidades de que algo salga mal... y, y yo...
– Yuu-chan –me interrumpe, separándome levemente de él para mirarme a los ojos– entiendo que estés nervioso, pero no tienes por qué hacerlo. Yo te he visto bailar y sé mejor que nadie, que todo va a salir bien.
– ¿En verdad lo crees? –pregunto, aún poco confiado de sus palabras.
– Yuu-chan, me encanta verte bailar. Seguro que a los jueces también les vas a encantar.
Mi corazón da un vuelco en mi interior y una enorme sonrisa surca mis labios. Todo mi ser ahora desborda alegría y los nervios que antes me atormentaban, han desaparecido. Le encanta verme bailar; a mí me encanta él, verlo, en cada instante y momento, siempre.
– Mika... –susurro su nombre, disfrutando del sabor de cada letra– gracias...
– No ha sido nada –responde antes de pegar nuestras frentes y comenzar a acercase a mis labios con suma lentitud, para finalmente besarme.
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A la luz del reflector
Fanfiction« - Bailemos, bailemos y quedémonos sin secretos. » ¿Quién diría que un baile desataría tantos sentimientos que habían estado ocultos, desde hace tanto? « - Entonces, déjame que en este baile, te haga sentir, lo mucho que te amo. » ⚔ Personajes...