Capítulo 5

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Narra Yuuichirou:

—Entonces, ¿qué es eso que por lo que Mikaela mintió? —pregunta Guren con brazos cruzados, una vez que el nombrado cruzó la puerta de salida.

— ¿Eh?, ¿d-de qué hablas? —pregunto volviendo mi mirada de la puerta hacia los ojos amatista de mi padre.

¿Se dio cuenta? ¿Cómo? La explicación de Mikaela sonó natural y llena de seguridad. Ni siquiera yo, que fui protagonista de lo sucedido, dudaría de lo que dijo. Vaya que ese rubio es un gran mentiroso. Nota mental: no debo confiar en más de la mitad de lo que diga.

—Me habría creído la historia del oxigenado, de no ser por dos cosas. Primero, tus gestos para nada discretos de súplica antes de que comenzara a hablar; y segundo, que no dejaste de mirarlo lleno de asombro mientras relataba lo sucedido, como si no hubieses estado presente en el momento, cosa que es imposible, ¡porque tú fuiste la causa! —recrimina con el ceño fruncido, para luego llevar su mano derecha a apresar el puente de su nariz—. ¿Entonces?, ¿qué es lo que ocultan?

Estoy impactado por las deducciones de mi padre, y la impresión se refleja en mí, debido a que lo miro con la boca y los ojos bien abiertos.

—No te sorprendas tanto —dice con algo de molestia—. Eres pésimo disimulando y mucho más mintiendo. Cualquiera se habría dado cuenta.

— ¡Hey! —Me quejo—. ¡Eso no es cierto! No soy tan mal mentiroso —reprocho cruzándome de brazos.

—Oh, entonces sí estabas mintiendo —afirma arqueado una ceja y cruzándose de brazos.

Me quedo paralizado, mirando a mi padre con terror. ¡¿Cómo ha hecho eso?!

— ¡Eso es injusto! —reclamo mientras le señalo, indignado—. ¡¿Cómo has hecho eso?! —exijo saber exaltado, a lo que él se limita a rodar los ojos—. ¡Debes decirme!

— ¿Cuál es la razón de la mentira? —pregunta arqueando una ceja, a lo que mi rostro responde con un notorio sonrojo—. Oh, no me dirás que te gusta el oxigenado, ¿o sí?

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Para nada! —me apresuro a responder sintiendo mi rostro arder con fuerza—. N-nada que ver... —tartamudeo mientras desvío la mirada de los penetrantes ojos amatista de mi padre—. Es imposible que una persona tan arrogante como él llegue a gustarme, dejando de lado el hecho de que apenas nos conocimos. Es atractivo, tiene un rostro bastante lindo y unos ojos profundos que te dejan perderte en ellos, tampoco tiene un mal cuerpo y por lo que he oído es un gran bailarín... ¡Pero eso no quita el que sea una persona extremadamente arrogante y presumida a la que no le importa nadie más que él! —retomo.

Mi padre mirándome con las cejas alzadas, incrédulo ante mis palabras.

—Pero para decir que es una persona arrogante, egocéntrica y presumida, tendrías que conocerlo mejor ¿no crees? —pregunta mi padre con expresión seria luego de dar un suspiro—. No te dejes llevar por las apariencias.

Sé que tiene razón, pero cualquiera notaría que Mikaela es un chico arrogante y pesado. Él no es alguien a quien yo realmente quiera conocer.

—Sí, sí, como sea —bufo—. ¿Ya me puedo ir?

Mi padre me observa con los ojos entrecerrados durante unos segundos que parecen eternos, mientras que yo le devuelvo la mirada con total desinterés.

—Corre, que el chico que te gusta seguramente te está esperando afuera —dice con burla mientras sonríe de lado.

— ¡Que no me gusta! —me quejo antes de salir del lugar con pasos sonoros y toscos—. Chico que me gusta —repito con mal tono al cruzar la puerta—; como si pudiera fijarme en un rubio como él —refunfuño mientras camino por el pasillo sin mirar lo que hay delante mío—. Es arrogante, con bonitos ojos, seguro por eso es tan presumido, engreído por tener tan buen físico, fastidioso, aunque su aroma es agradable, es muy egocéntrico y... —Mis palabras quedan a medias en cuanto siento una mano tomarme del brazo con fuerza, por lo que me giro con el ceño fruncido para averiguar lo que pasa—. ¡Hey! ¿Pero a ti qué...? —me corto a mitad de la pregunta al encontrarme con un par de ojos color cielo—. Ah, eres tú —gruño mientras ruedo los ojos.

—Sí, soy yo —contesta con voz grave—. El rubio engreído de bonitos ojos —comenta con un brillo particular en su mirada.

— ¿E-escuchaste t-todo eso? —Mi voz temblorosa por la vergüenza mientras siento que la temperatura de mi rostro se eleva con rapidez.

—Sí, así es —responde sin dejar de verme a los ojos en ningún momento. Mi cuerpo se congela bajo su profunda mirada, llevando toda la sangre posible a mis mejillas, donde se arremolina con fuerza tiñendo mi piel de un tono rojizo que se puede observar a kilómetros—. Lo bueno es que nunca podrías fijarte en alguien como yo —sonríe de manera ladina, pero en sus ojos, no hay humor alguno—. Tú también tienes lindos ojos... —susurra y mi corazón se detiene.

Me encuentro pegado a la pared, con una de sus manos a mi costado, con su penetrante mirada sobre mí. Siento a mis piernas flaquear, advirtiéndome de que en cualquier momento me harán caer; mi corazón late como si no existiera un mañana, y el sonrojo de mis mejillas no hace más que empeorar la situación.

¿Qué estoy haciendo?, ¿por qué parezco una débil princesita enamorada? En primer lugar, soy un chico y él también. Se supone que no me interesan los chicos, mi cuerpo no debería reaccionar de esta manera; y aunque fuese homosexual, es Mikaela Tepes el que está provocando todo esto, el rubio egocéntrico al que debo quitarle el puesto de mejor bailarín.

No puedo parecer una joven y bella dama en apuros frente a él sí quiero conseguir mi objetivo. Así que, en un intento de retomar el control, me paro derecho e inhalo una gran bocanada de aire.

— ¿Para qué me llamabas? —cuestiono intentando disimular mi nerviosismo.

—Es verdad —retoma él colocándose correctamente su camisa—. Necesito hablar contigo sobre lo que pasó en el ensayo.

—Soy todo oídos.

—Iré al grano. Para mí eso nunca sucedió —dice con innecesaria sequedad.

—Oh, no sabía que te molestaba tanto besar a un chico —comento con algo de burla para ocultar mi herido orgullo.

—No es eso, no quiero que mi novia se entere o se arme un escándalo al respecto —explica mientras observa a ambos lados para confirmar que no hay nadie cerca.

—No sabía que tenías novia... —digo con algo de sorpresa.

—No es algo que sea de tu incumbencia —corta con una mirada llena de frialdad—. Entonces, ¿estamos claros?

—Sí, totalmente —respondo utilizando su mismo tono—. Entre nosotros nunca pasó nada más que una pelea.

—De acuerdo —finaliza comenzando a caminar, pero antes de dar girar en una de las esquinas voltea a verme—. Ah, casi lo olvido: ten más cuidado, Yuuichirou.


¡Hi~! 

¿Qué tal? ¿Cómo están? ¿Me extrañaron?

Yo a ustedes más de lo que se imaginan ;n;

Pero, al fin volví después de mi hiatus Bv

Tenía planeado subir el capítulo un poco después... ¡Pero, les tengo una gran noticia!

Entraremos a formar parte del concurso "Awards no Seraph"

Realmente me emocioné muchísimo cuando recibí la invitación (incluso lloré ;w;)

Así que, les pido de la manera más atenta y encarecidamente posible, que voten y me apoyen en este proyecto TwT 💕 me sirve mucho también si comparten con sus conocidos y amigos y les piden que voten también 💕✨

Bueno, eso es todo por ahora, nos vemos en el próximo capítulo, los amo~

Bai~ 💖

A la luz del reflectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora