Capítulo 26

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Just a kiss
Lady Antrbrllum


(N

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(N.A.): Suplico de la manera más atenta, que para leer este capítulo lo hagan escuchando la canción, así que ojalá puedan descargarla o al menos escúchenla antes de leer, pero siendo conscientes de la letra; debido a que la canción se acopla casi perfecto a los sentimientos de los personajes; además de tener una gran importancia en la trama.


Disclaimer: Seraph of the End (終わりのセラフ). Historia de Takaya Kagami e ilustrado por Yamato Yamamoto.

Parejas: Mikaela Hyakuya x Yūichirō Hyakuya.

Advertencia: Historia con romance homosexual (chico x chico).

Mikaela será dos años mayor a Yuu (Mikaela 17 años de edad y Yuu 15 años de edad).

Yuu tendrá el apellido Ichinose y Mika el apellido Tepes.

Narra Yuuichirou:

Nos adentramos en la pista, tomados de las manos, caminamos por entre las parejas, evitando separarnos en todo momento, hasta que encontramos un pequeño espacio donde hay pocas personas y la tenue luz reluce, cálida.

Una vez ahí, nos soltamos del agarre y después de eso, tan solo nos quedamos parados firmes, no hay mayor interacción que un par de sonrisas bobas, que tan rápido como se esfuman vuelven a aparecer; no hacemos más que mirarnos fijamente el uno al otro sin saber qué hacer en realidad.

El bullicio toma mayor volumen, lo que me hace prestar atención al detalle de la música, es entonces cuando caigo en cuenta de que algo fundamental para un baile, falta.

– La canción ya terminó –digo con un nudo en la garganta al escuchar el silencio que le sigue al final de la pista.

Lo admito, una parte de mí se alegra de que haya sido de ese modo; pues los nervios invaden cada parte de mi cuerpo, haciendo que me sienta tan torpe, tan ansioso y tan débil, que estoy a segundos de desfallecer. Pero, hay otra parte, que abarca casi todo mi ser que se siente tanta decepción por perder la oportunidad de bailar con Mika, que la idea de echarme a llorar no suena tan descabellada.

– ¿Y? –pregunta él dando un paso al frente, acortando la distancia– otra acaba de empezar.

Los acordes del piano, un pandero y supongo que una batería que es la que lleva el ritmo; en verdad que no sé nada de música. Tan solo sé de las sensaciones que una melodía puede generar y cómo expresarlas al bailar, y, justo ahora, hay tanta melancolía, tanto cariño, tanto amor, que las emociones nublan mi mente por completo.

Su mano izquierda toma la mía y con suma lentitud la dirige a su hombro, para luego descender esa misma mano hasta mi cintura, acariciando la tela de mi traje con tanta delicadeza, que me hace preguntarme si piensa que soy una figurilla de cristal, esas que son tan frágiles que con el más mínimo rasguño se rompen.

A la luz del reflectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora