Capítulo 11

697 86 67
                                    

Disclaimer: Seraph of the End (終わりのセラフ). Historia de Takaya Kagami e ilustrado por Yamato Yamamoto.

Parejas: Mikaela Hyakuya x Yūichirō Hyakuya.

Advertencia: Historia con romance homosexual (chico x chico).

Yuu tendrá el apellido Ichinose y Mika el apellido Tepes.

Narra Yuuichirou: 

– ¿Yuu-kun? Guren te llama –dice Shinya recargándose en el marco de la puerta.

Ante mí, su voz se asemeja a la de un ángel anunciándome mi salvación.

– ¡Shinya! – grito corriendo hacia él con los brazos abiertos, para aferrarme con fuerza a su torso – ¡Mami Shinya! –sollozo sin darme cuenta de lo que digo– ¡Quiero decir!

– ¿Qué pasa Yuu-kun? –me pregunta correspondiendo mi abrazo con igual de intensidad, antes de mirar a mis amigos con el ceño fruncido– ¿Qué le hacen a mi bebé?

– ¿Bebé? –se le escapa preguntar a Mitsuba con una ceja alzada.

– ¡Sht! –la corta Shinoa antes de mirar al albino con una sonrisa– nada realmente, Shinya-san, solo estábamos hablando sobre todas las fotos de Mika-san que tiene Yuu-san guardadas en su teléfono.

– ¿Tienes fotos de Mikaela? –me pregunta Shinya con los ojos levemente más abiertos de lo normal.

– ¡No! –me apresuro a responder, mas la culpa comienza a aflorar en mi interior al tener sobre mí la atenta mirada de mi madre– s-solo unas cuantas... –susurro avergonzado.

– Así que sí tenías fotos mías guardadas –acusa Mikaela con los brazos cruzados y una pequeña sonrisa en su rostro.

Miro aterrado al rubio sin saber qué responder o cómo salir de mi situación actual. Intento buscar ayuda en mis amigos, aunque ellos se encuentran de lo más divertidos con mi situación; sin duda disfrutando de lo que suceda.

Mi vista se fija en Shinoa, quien discretamente me hace señas con sus manos para captar mi atención, una vez me encuentro mirándola vocaliza un "De nada" sin omitir sonido alguno. Yo la observo confundido ¿De nada? ¡¿De nada?!

– ¡¿De nada?! –pregunto con un tic en el ojo izquierdo– ¡Ni siquiera te estoy agradeciendo!

– Deberías –repone ella con aire de grandeza mientras juguetea con su cabello– yo no solo te pasé el Instagram de Mika-san, ¿recuerdas? Aunque solo me hayas pagado por eso, te pasé hasta su twitter.

– ¿Le pagaste para conseguir mis redes sociales? –pregunta el rubio con los ojos abiertos como platos.

– ¡N-no! ¡C-claro que no! ¡E-es solo que...! –intento justificar, pero ninguna excusa viene a mi mente, por lo que me quedo callado mirando el suelo.

Es todo. Mi vida social se ha ido al caño.

– Dios, no puedo creerlo –se queja Shinoa dejando caer su frente contra la palma de su mano– Yoichi, no te hagas el santo –acusa mi amiga con las manos en la cintura– tú también me pagaste para conseguir las de Kimizuki.

– ¿Eh? –el rostro de mi amigo se llena en tonos rojizos, pero entre él y la uva, parecen decirse con la mirada algún tipo de clave, pues enseguida el castaño toma aire para decir– ¡Pero fue a cambio de que te ayudara a seguir a Mikaela! ¡Solo para asegurarte de que iría a un bar gay!

– ¡Estaba segura de que lo haría! –se queja ella– Por otra parte ¿Profiter avec le mec, no te suena demasiado gay? Además, te juro que vi a más de tres chicos besándose.

A la luz del reflectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora