Capítulo 25

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Closer to you - Jaylene Johnson

Disclaimer: Seraph of the End (終わりのセラフ). Historia de Takaya Kagami e ilustrado por Yamato Yamamoto.

Parejas: Mikaela Hyakuya x Yūichirō Hyakuya.

Advertencia: Historia con romance homosexual (chico x chico).

Mikaela será dos años mayor a Yuu (Mikaela 17 años de edad y Yuu 15 años de edad).

Yuu tendrá el apellido Ichinose y Mika el apellido Tepes.

Narra Yuuichirou:

Siento que mi corazón late con prisas mientras empiezo a buscar con la mirada a aquel rubio que tanto revuelo genera en las chicas junto a mí, y tal vez, en una menor, muy menor cantidad en mí también.

Las voces agudas me advierten de que se acerca y que a cada segundo que pasa, la distancia continúa disminuyendo, logrando que cada vez me sienta más presionado por no encontrarlo; sé que se acerca, y sé cómo se encuentra vestido, pero por alguna razón, es como si fuese invisible ante mí vista, porque por más que le busque, no puedo encontrar rastro suyo por ninguna parte.

Frustrado suelto un bufido de derrota, dejando que mi cabeza caiga hacia el frente, cubriendo parte de mi rostro con el flequillo, sintiendo un hueco en mi pecho que acrecienta con rapidez, amenazando con consumirme por completo.

– Te he estado buscando por todo el lugar, ¿Sabes? –me reclama, con esa voz tan seductora y perfecta que tiene.

Mi corazón da un vuelco en el interior de mi pecho y al instante levanto la vista, hallando así el fino antifaz blanco que cubre parte de su rostro, de tal manera que a pesar de ser obvia su identidad, mantiene lo romántico del secreto.

Justo en el momento en que mis ojos encuentran los suyos, todo a mí alrededor se desvanece, empezando por el parloteo de las chicas, las miradas curiosas que comenzamos a recibir, todo; tan solo quedamos él y yo, envueltos por la canción que suena tranquila y dulce, casi como envolviéndonos y ocultándonos del resto del mundo.

– ¿Me estabas buscando? –hablo por fin, una vez siento que he recuperado la voz y hasta cierto punto el control de mis extremidades y acciones.

Él sonríe de lado y se acerca un poco más, quedando su rostro a unos ocho centímetros del mío. Una distancia tan corta para algunos, mientras que para mí es casi como un kilómetro entre sus labios y los míos, que me muero de ganas por unir, como tantas veces ya hemos hecho.

– Sí, Yuu-chan –responde con dulzura, haciéndome sentir dichoso, especial y sobre todo, enamorado– te estaba buscando –repite pausando sus palabras, queriendo dejarlas bien en claro.

– ¿En verdad? –vuelvo a preguntar sin poder evitarlo, ansioso porque repita que era a mí a quien pasó buscando tanto tiempo.

– ¿Acaso dudas de mí? –cuestiona levantando una ceja, pero sin dejar de sonreír, a lo que mi cuerpo responde incrementando el nivel de sangre que llega a mis mejillas– ¿O solamente quieres que te lo repita tantas veces como pueda?

Al instante abro la boca con intenciones de negar aquello, pero sé demasiado bien que lo es, por lo que la cierro, mas casi al instante vuelvo a abrirla, ésta vez con intenciones de justificarme de algún modo, pero ninguna idea viene a mi mente, así que me limito a mentir, negando con la cabeza lo que es más que obvio, excusándome en no creerle del todo, a la vez que hago un pequeño mohín en mi sitio.

Él comienza a reír ante mi reacción. Su risa suena fuerte y clara. Es una risa de completa alegría y diversión y siento que mi corazón se regocija con el sonido, logrando que una boba sonrisa se estampe en mi rostro, mientras le observo atento, queriendo grabar cada uno de sus rasgos en mis memorias.

A la luz del reflectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora