CAPITULO 3

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Después de un rato y olvidando mi caída mortal, Catalina tenía sed y les pidió a los chicos si iban a comprar algo para beber, ellos enseguida y sin molestarles el pedido de ella fueron. Pero cuando llegan a la esquina veo que Matías volvía corriendo y dice - Catalina dijo Romeo que tú vayas con el, así eliges lo que te gusta - volviendo a tomar aire sigue - yo me quedaré cuidando a Amanda - mi amiga sin decir nada corrió hacia él.

Nosotros nos quedamos solos,  estaba muy nerviosa ni podía hablar, el creo que también porque solo me miraba sin decir nada. Casi en un susurro me dijo - ¡Estás muy bonita hoy! - paso su mano por su pelo rubio como en un acto de nervios.

Yo me quedé congelada por sus palabras y se acercó más hacia mi.

Muy tímidamente de mis labios salió - ¡Gracias! Tu también - mire hacia otro lado para evitar sus ojos.

El cual él nunca corrió la mirada hasta que volvió a hablar  - ¿Tienes novio? - y ahí fue cuando me ahogue un poco con mi saliva.

pensaba esto es real el estaba  mostrando interés por mi. Está situación era totalmente nueva jamás había tenido la atención de un chico de esta forma, sino era para burlarse de mi o molestarme. Saliendo de mis pensamientos consigo decirle - ¡No! Yo no soy una chica en la cual se interesan los chicos - saqué la mirada de sus ojos.

El agarro mi mentón muy delicadamente y me dijo - que imbéciles son esos chicos que piensan así, porque tú me pareces ¡HERMOSA! - dejo remarcando la última palabra que salió de sus labios.

Me sonroje tanto que creo que era un tomate. El se acercó tanto a mí que su nariz estaba pegada a la mía y en un cerrar y abrir de ojos sus labios estaban encima de los míos, me dió un beso tan tierno y delicado que cuando él se aparta de mi yo quedé con los ojos cerrados sin moverme. Al abrirlos el me estaba sonriendo era lo más maravilloso que había experimentado. Cuando estaba  por decirme algo escuchamos unos pasos que venían hacia nosotros. Matías cambio sus gestos tiernos por unos serios, no le di mucha importancia a eso y fui directo a mis amigos que habían comprado de todo un poco. Toda la tarde nos la pasamos riendo y hablando como locos, pero Matías me evitaba constantemente y corría su mirada de mi. No entendía porque actuaba así. Llego la hora de despedirnos yo me fuí con Cata y Romeo se fue con su amigo.

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