El Peso De La Vida

CAPITULO 2

A pesar de todo ese maldito maltrato psicológico que recibía de mi madre y de los chicos de mi colegio que me acosaban todo el tiempo diciéndome GORDA esa simple palabra hacia que mi vida sea miserable a veces había días que me odiaba por serlo. Pero tenía a mis dos mejores amigos Romeo y Catalina que me sacaban de ese estado depresivo con baja autoestima, salíamos a todos lados juntos nunca pude estar mal éramos nosotros contra el mundo. Al lado de ellos me sentía fuerte. Pero un día llegó un miembro más al grupo yo al verlo me enamoré enseguida no fue necesario ni un ¡Hola!. Era el mejor amigo de Romeo que se había mudado recientemente a nuestro barrio privado. Matías nos saludo cálidamente y se puso hablar con mi amigo, Catalina y yo hicimos lo mismo nada más que hablaríamos del amigo de Romeo .

Tipo siete de la tarde habíamos arreglado ir a pasear para mostrarle un poco el vecindario a Matías. Yo había decidido que iba a ir más arreglada no podía permitir que el me viera con mi aspecto descuidado el cual siempre tenia. Me puse una remera rayada rosa y blanca con una calza negra, mis zapatillas negras y como hacía un poquito de frío me lleve un saquito de abrigó. Me deje mi cabello rojo suelto, puse un poco de brillo labial en mis labios y salí de mi habitación.

Nos encontramos todos en la plaza más cercana, saludé a Matías primero y note que tenia cara de sorprendido al verme le sonreí y seguí saludando a mis amigos. Nos sentamos en unas hamacas y nos retabamos a quien llegaba más alto en ellas, yo siempre muy competitiva me hamaque con todas mis fuerzas hasta que en un segundo volé de la hamaca y terminé en el suelo boca arriba. Mis amigos corrieron a mi auxilio, Matías fue el primero que estaba ayudándome a levantar me preguntó mil veces si estába bien yo afirme con la cabeza, solo me dolía mi trasero y espalda pero nunca se lo hubiera dicho ya basto con mi caida para estar roja de vergüenza.