Muchos dejamos de creer en la fantasia, al llegar a cierta edad, pero la fantasía nunca deja de creer en nosotros.
¿Que pasaría si todas las historias terroríficas acerca de vampiros, hombres lobo y demas seres sobrenaturales resultaran ser ciertas...
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— ¡Odio el tráfico de Nueva York! —Anunció Lucy mientras se recostaba en el sofá de la estancia.
—Hola —saludé de manera sarcástica—. Yo estoy bien. ¿Y tú?
Lucy tenía un brazo colocado sobre su rostro para poder cubrir sus ojos, en cuanto mencioné aquello ella lo retiró un poco y me miró abriendo un sólo ojo, una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
— ¿Cenaste? —Desató sus cabellos de aquel moño y estos cayeron por sus hombros, amaba su color de cabello; castaño rojizo. A la luz del sol parecía fuego, de la clase reconfortante. Sin duda favorece a su personalidad.
—Cené con Jules y Jess. —mentí, esperaba que ella pudiese creerme.
— ¿Ah sí? —Enarcó una ceja de manera inquisitiva.
—Tengo la impresión de que quieres engordarme. —Respondí sin dejar de escribir en la laptop mi trabajo sobre escritura creativa que en esta ocasión involucra unicornios y pandas.
—Sólo me preocupo por ti. Trabajas casi todo el día en la biblioteca y después tomas como un millón de clases, debes tener el alimento suficiente para realizar todas esas actividades —dijo de manera maternal.
—Estoy bien.
Terminé de hacer mis tareas para la universidad, antes de entrar a mi correo para estar completamente segura de no tener ningún asunto pendiente. Lucy se había retirado a su habitación para ponerse la pijama y después salir a ver algún programa de Tv, las noticias al parecer es uno de sus predilectos, las miraba tan absorta, yo prefería no hacerlo, es suficiente para mi saber que el mundo se está jodiendo lentamente a que tengan que recordármelo un tipo calvo y una chica rubia que seguramente sólo consiguió ese puesto acostándose con el productor del programa.
Estaba por reenviar el horario escolar a Jess, cuando tocaron la puerta.
—Seguramente es Nick, —dijo Lucy desde su habitación—. ¿Podrías abrir?
—Claro —respondí dejando a un lado mi laptop y caminando a la puerta.
Nicholas, el novio de Lucy es al parecer sólo un par de años mayor que ella, me recordaba mucho a los chicos de apariencia Hipster. Por supuesto que Nick no era aquello, el hecho de comenzar su pequeño experimento dejándose crecer la barba le daba esa apariencia, él y Lucy hacen una pareja bastante curiosa, ella que siempre está vestida de manera casi formal contrasta a la perfección con el look despreocupado de él.
—Hola, Kyles. —inmediatamente le permití pasar—. ¿Y Lucy?
—Eso depende —bromeé—. ¿Tenían algún acuerdo sobre realizar orgías en su habitación?
La puerta de la habitación de Lucy se abrió, ella se encontraba vestida con jeans negros acompañados de un top blanco y una chaqueta del mismo color que sus jeans, su cabello castaño rojizo ahora se encontraba totalmente suelto y un tanto alborotado.
