VIII. No Fear

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El reloj en mi móvil marcaba exactamente las 3:25 am, me removí un tanto inquieta por sexta ocasión, golpeando esta vez mi cabeza contra el cabecero de la cama

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El reloj en mi móvil marcaba exactamente las 3:25 am, me removí un tanto inquieta por sexta ocasión, golpeando esta vez mi cabeza contra el cabecero de la cama.

Probablemente no debería sentirme tan incómoda, probablemente debería estar sumida en un profundo sueño, en cambio aquí estaba yo, observando el techo de mi habitación como si este fuese a darme todas las respuestas que mi mente se ha formulado, desde aquella mañana en la cual mi cuerpo estaba lleno de horribles cardenales e incluso desde aquel día en el que Shelby fue atacada.

Dorian, Dorian, Dorian.

El nombre aun daba vueltas en mi cabeza, su relevancia para mí era lo más preocupante de todo esto. ¿Por qué otra razón recordaría ese nombre? Algo debía significar y por lo visto algo realmente importante si el solo pensar en el nombre enviaba una sensación fría a través de mi espalda, como si por esta deslizaran un cubo de hielo; una reacción que solo puede provocar el miedo.

-Buenos días Kylie -saludó una muy descansada Lucy, a diferencia de mí, puesto que no había logrado dormir desde que desperté a las tres de la madrugada debido a la sensación de temor.

-Hey -hice un gesto con la mano antes tomar un poco de café.

El dolor de cabeza se estaba tornando insoportable, pero no quería darle demasiada importancia, podría lidiar con ello, o eso estaba tratando de repetirme mentalmente.

-Mírame Kyles. -Pidió Lucy de pie frente a mí. Suspiré un par de segundos antes de ubicar mi vista en la suya. Lú de inmediato hizo una mueca de disgusto-. Estuviste despierta toda la noche, ¿cierto? -cuestionó.

-No toda la noche -susurré encogiéndome de hombros.

-Aun creo que deberías dejar un par de clases -mencionó con su típico tono maternal-, el estrés no es bueno para ti, no importa cuánto te guste la literatura.

Deseaba decirle a Lucy que mi horario escolar no era el problema, pero ella ya tenía suficiente con sus propios asuntos como para que yo le hablase sobre mis miedos absurdos, además, estaba más que segura de que todo esto debía ser solo algo pasajero, como una resaca o cualquier malestar que llegaba justo del mismo modo en el que se va.

-Pasaré a visitar a Shelby de camino al trabajo -mencionó Lú tratando de restarle importancia al asunto. Es increíble que ella tenga permitido visitarla, teniendo en cuenta que estoy viviendo en su apartamento, por fortuna no estaba siendo señalada como mi cómplice y eso era bueno.

-Ok. -Me levanté y caminé hacia el fregadero para vaciar el resto de mi café. Mi problema con los alimentos mejoró luego de un par de días, algunos aún me resultaban un tanto repugnantes, pero comer un poco es mejor a no comer en lo absoluto. Lú me sonrió desde la estancia, ella estaba un poco ocupada ordenando algunos papeles.

Con un poco más de ánimo caminé a mi habitación, después de todo debía prepararme para ir a la universidad y a la biblioteca donde tendría que encontrarme con Logan, para explicarle un poco acerca del trabajo que debía realizarse. El panorama no me agradaba mucho, su aspecto físico aún me inquietaba, podía deberse bien a una enfermedad, o al uso excesivo de drogas, esperaba fervientemente que se debiera a la primera teoría, odiaría tener que cuidarme de él todos los días.

Lost Boys: Vampires Will Never Hurt YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora