Muchos dejamos de creer en la fantasia, al llegar a cierta edad, pero la fantasía nunca deja de creer en nosotros.
¿Que pasaría si todas las historias terroríficas acerca de vampiros, hombres lobo y demas seres sobrenaturales resultaran ser ciertas...
El final de esta primera parte de la trilogía estará dividido en dos. Sin más que agregar. Espero que disfruten la lectura :D
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-Deberíamos drenarla toda. -La cabeza me punzaba cargada de dolor, aferré mis manos a los bordes de aquella cama, sintiendo el suave tacto de la franela debajo de mí. A medida que el sonido se aclaraba a mí alrededor, podía percibir las voces de chicas y chicos. Así como visualizar las luces demasiado fuertes y rostros que en mi vida he visto.
-Necesito sangre lista para la transfusión. -He escuchado esa voz antes, en el momento no pude identificarla, pero recordaría a alguien con los ojos de ese tono azul turquesa-. ¿Podrías ocuparte de ello, Amber? -preguntó, a duras penas pude observar el catéter listo para ser llevado a mi mano izquierda.
El cabello azul de la chica es demasiado para pasarlo por alto, ella me miró por un breve instante, realmente parecía preocupada y hasta cierto punto escandalizada por lo que estaba a punto de observar.
-Esperemos que las venas no colapsen, y preparen el suero V-56, vamos a necesitar todo el tiempo que sea necesario para estabilizarla.
-De acuerdo -contó en voz demasiado baja y susurrante hasta el número 10, entonces dejó que conectasen la bolsa llena de sangre color ocre, mientras que por mi otro brazo drenaban mi propia sangre.
No parecieron darse cuenta de que podía ver lo que estaban haciendo. La sangre que fluía por el lado izquierdo comenzó a reconfortar cada una de las heridas en mis muslos e incluso las de los brazos. El alivio era tal que me permití vagar en el cosquilleo que me corría por las venas, ya no me sentía tan cansada y al mismo tiempo mi cuerpo protestaba pidiendo que cerrase los ojos para poder descansar.
-No se resista, señorita Lee -susurró con ternura ¿el rector Dagger? Mirándome con alivio a medida que la sangre fluía a través de la intravenosa-. Nosotros vamos a cuidar de ti.
La chica de cabello azul preparó algo y finalmente llenó una pequeña jeringa con el líquido previamente dispuesto, sin problemas lo inyectó a través del tubo donde corría la sangre oscura.
-¿Dónde está? -Alcancé a preguntar luchando contra la morfina-. ¿Dónde está Logan?
El terror cruzó por los ojos del rector Dagger, algo crudo, parecía haber estado siempre tras de ellos, oculto a la vista de todos. No respondieron a mi pregunta, continuaron con su labor esperando que la morfina bastase para obligarme a quedarme dormida, puedo decir que les funciono bastante bien.
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El eco del bip resonó en mis oídos a medida que abría los parpados para identificar el sitio en el cual me encontraba. Extrañamente ninguno de mis músculos pesa e incluso el ardor de las mordidas ha quedado atrás. Todo lo que percibo es el aroma del antiséptico y desinfectante, al igual que el color lila de las paredes. Intenté mover las manos, pero estas parecían sujetas a ambos lados de la cama, o al menos eso pensé, puesto que tuve que abrir los ojos lo suficiente para darme cuenta de la pesada bolsa de sangre goteando lenta y como esta corría a través del tubo conectado a mi brazo.