XXVIII. Viajando

102 18 6
                                    

—Supongo que entre otras cosas omitiste el mencionarnos que conocías a la dulce Kylie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Supongo que entre otras cosas omitiste el mencionarnos que conocías a la dulce Kylie.

—Supones bien, querido amigo.

¿Amigo?

No hablé durante los próximos minutos. La confusión era demasiada como para procesarla de un momento a otro. Preferí entrar en el papel de la ingenua espectadora. Mi mente ya tenía mucho en que pensar ante el hecho de que Jules conoce a Logan.

Guardé silencio y me dediqué a observar cómo los chicos congeniaban de manera asombrosa con mis amigos. Quizás pasé por alto los constantes desplantes que surgieron entre Ben y Jess. Que, aparte de todo en su mayoría resultaban graciosos. Puesto que hace solo algunas semanas, Jess consideraba a Ben un chico bastante atractivo como para entrar en su lista de conquistas.

Agotada como me sentía, apoyé la cabeza en el respaldo de aquel asiento. Al menos hasta que Sam vino a sentarse a mi lado. Él también parecía agotado.

—Hey —susurró. No tan bajo como para que no lo escuchase. Pero si lo suficiente para limitar esta charla a nosotros dos.

—Mhmm —murmuré.

Me estaba costando un enorme esfuerzo mantener los ojos abiertos.

—¿Estás bien? —Preguntó Apartando un mechón de cabello azabache que caía por mi hombro izquierdo.

—Sólo estoy cansada y confundida.

—Sé cómo te sientes. Hace horas que quiero marcharme de aquí, pero eso no va a ocurrir. No mientras se estén divirtiendo —señaló a Ben y el resto de los chicos, riendo animadamente con Jules y Matt.

Traté de encontrar una posición adecuada para poder dormitar un poco. Al menos hasta que decidieran que tenían suficiente de fiestas. Fruncí el ceño. No podría descansar, no mientras me viese metida en este pequeño espacio, rodeada por Sam y Emer. Quien por cierto continuaba enfrascado en su propia charla con los chicos. Y no prestándonos demasiada atención a nosotros.

Observé como Sam comenzaba a cerrar los ojos. Una clara señal de que el cansancio lo vencería pronto y terminaría dormitando en medio de un bar. Parpadeé algunas veces. Al menos hasta que me convencí de que podría dormir por lo menos un par de minutos, para recuperar un poco de la energía perdida.

La cabeza de Sam lentamente comenzó a inclinarse sobre la mía, apoyando su mejilla en mi coronilla. Hubiese deseado protestar al menos si no lo considerase una gran falta de respeto. Permití a Sam apoyarse en mí, de este modo ambos estaríamos más cómodos mientras dormíamos.

Inevitablemente el cansancio terminó por vencerme.

Únicamente recuerdo el momento en el que Ben de manera amable (Nótese el sarcasmo), despertó a Sam para hacerle saber que era hora de marcharnos. Sam emitió un gruñido, para proceder a frotarse los ojos con el dorso de sus manos.

Lost Boys: Vampires Will Never Hurt YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora