Esa extraña fascinación suya por estar siempre de pie en los edificios más altos. Quizás porque recordada como en su infancia él y su hermano pequeño escalaban los pinos más grandes del bosque que rodeaba su enorme hogar. Casi podía percibir el aroma a tierra húmeda, escuchar a su madre llamándolos para que volviesen a casa, las risas de su pequeño hermano.
Abrió los ojos y se encontró con una vista urbana, nada que ver con el paisaje de sus recuerdos. Escuchó el sonido del tráfico, el aroma de la ciudad le causó repulsión. Muerte, nada más que muerte a donde quiera que mirase.
O lo fue al principio puesto que su memoria trataba de absorberlo desde que la dejó en aquel parque. Cada recuerdo en él se centraba en lo agradable que había resultado aquel beso. ¿Arrepentido? Tal vez, pero las cosas ya habían sucedido como para que el desterrara completamente la idea de alejarse de ella.
Besarla no se pareció ni un poco a los besos que había compartido con...ella. Desterró la idea de cabello negro y ojos azules, tan azules como el océano.
Suspiró, su hermano solía creer que él era un masoquista por seguirse atormentando con el recuerdo de "esa perra cruel" como la llamaba. Y quizás tuviese razón, debía olvidarse de ella...debía más no podía ni quería hacerlo y no es porque aún la amase, la sola idea de seguir albergando sentimientos por ella lo hicieron desear con todas sus fuerzas viajar al pasado y advertirse a sí mismo acerca de todos los problemas que su sola presencia le acarrearían.
Ahora ya no deberían quedar ni siquiera sus huesos, no existía motivo alguno para seguir atormentándose con su estúpido recuerdo, pero ¡ah! el destino nos recuerda que huir no arreglara nada.
Quizás esa fuera la razón principal para estar espiando como un perfecto pervertido. Estar en aquel edificio ciertamente traía algo muy bueno puesto que tenía una vista estupenda al interior del apartamento.
—Kylie...— susurró mientras que sus dedos de manera involuntaria palpaban la superficie de sus labios. Recordando el exquisito beso.
Las olas de sensaciones placenteras lo embargaron, jurando que incluso podía sentirla nuevamente junto a él.
Todo esto parecía demasiado bueno para ser incluso verdad, no era posible que ella lo hubiese aceptado tan gustosa. Que ninguno de sus sentidos la alertaran acerca de que algo no era normal con el chico cuyo beso había decidido corresponder.
Decidió acercarse solo un poco más para asegurarse de que ella se encontrase durmiendo. Un simple soplo de viento le alertó que no se encontraba solo.
— ¿A qué has venido? —Preguntó a la defensiva.
—Tu hermano te está buscando —respondió su acompañante. Quien se encontraba de pie sobre el techo del edificio contiguo a donde él estaba.
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Lost Boys: Vampires Will Never Hurt You
VampireMuchos dejamos de creer en la fantasia, al llegar a cierta edad, pero la fantasía nunca deja de creer en nosotros. ¿Que pasaría si todas las historias terroríficas acerca de vampiros, hombres lobo y demas seres sobrenaturales resultaran ser ciertas...