XXXIII. Final profundo

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Disculpas anticipadas si llegan a visualizar algún error ortográfico. Disfruten la lectura.

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Entrar en pánico hubiese sido una reacción completamente normal

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Entrar en pánico hubiese sido una reacción completamente normal. Por supuesto y quizás aceptable cuando tienes cinco años. Pero cuando estas cercana a los diecinueve lo único que puedes hacer es permanecer como una burda estatua. O al menos eso fue lo que hice durante los primeros diez minutos, mientras las dudas y el temor subían a través de mi garganta; transformadas en un líquido amargo y espeso que me obligó a correr al baño más próximo y arrodillarme ante el váter para vomitarlo todo. Un ardor bastante desagradable se instaló en mí, lo cual pasé por alto. No tenía los ánimos para preocuparme por ello.

Mojé mi rostro con un poco de agua y enjuagué mi boca, esperando con esto alejar la sensación ácida que todavía sentía en la boca. Observé mí rostro en el espejo, ya habían pasado algunas horas desde lo que ocurrió entre Logan y yo; pero mis mejillas todavía estaban sonrojadas y mis ojos tenían un brillo bastante extraño. Y ni qué decir del cansancio que sentía. Pensar en Logan fue una muy buena terapia que (al menos por un momento) alejó el pensamiento de Dorian; él novio de Rachel.

Recordar la forma extraña en la cual me sonrió y peor aún el enorme parecido con el chico de mis pesadillas, envió una nueva oleada de repulsión a través de mi garganta. Una alucinación vivida era lo que menos necesitaba en este momento. Sin embargo, Rachel era una testigo potencial de lo ocurrido. Después de todo no era bueno culpar al novio de Rachel, puesto que ni siquiera estaba segura de que la absurda coincidencia en efecto lo involucrase con todo lo paranormal que me ha estado aconteciendo. Apoyando mi peso contra la cerámica del lavabo, emití un par de suspiros, enjuagué mi rostro por última vez para proceder a salir del baño y continuar con mis labores que no se detendrían sólo por mis vastos problemas mentales.

Cuando me decidí a volver a mi respectivo lugar de trabajo, me encontré con Logan, observando la luz del atardecer que se filtraba por los ventanales de vez en cuando llevaba un par de dedos a las líneas de luz que se formaban cerca de la ventana, el vello pálido de sus nudillos adquiría un toque brillante, el cual terminó en cuanto se llevó ambas manos a los bolsillos para proseguir a mirarme.

Aún me sentía un tanto confusa respecto a su paradero, puesto que no lo vi mientras el novio de Rachel estuvo aquí. Pero ahora él parecía tan tranquilo que decidí no cuestionarle nada. Al final él es libre de hacer lo que quiera con su tiempo, incluso de desafiar mi jurisdicción dentro de la biblioteca. Dejé pasar mi enfado para dedicarle una pequeña sonrisa que esperaba no delatara mis nervios y el temor que todavía me embargaba.

- ¿Quieres que te lleve a casa después del trabajo? -Preguntó. Impregnando en sus palabras un ligero toque de indiferencia.

Iba a darle una respuesta neutral que no llevase la clara insinuación de que no quería ir a mi apartamento. Al menos no mientras yo aún tuviese una deuda con él.

Lost Boys: Vampires Will Never Hurt YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora