Quiero que Vuelvas

Buenas noches...

Buenas noches...

–Andrea estaba atenta a cada una de las palabras que Samuel decía, Carlitos se acurrucó en el pecho de su madre para abrazarla, la observó con una sonrisa–

Carlitos – buenas noches –cerró sus ojos enrollando con sus manitas el cuerpo de su madre, Andrea suspiró para darle un beso en la cabecita del pequeño, Samuel guardó silencio, observó a Andrea embelesado por la imagen y acercó con ternura su mano para acariciar el cabello del niño–

–los dos se quedaron mirando, los ojos de Andrea estaban cristalizados, con su cuento Samuel le había sacado una que otra lágrima, le hizo recordar todo lo vivido y la forma como el insistió esa noche para que ella aceptara una invitación a cenar, ninguno de los dos sabía que después de esa noche ya no serían los mismos, las cosas que pasaron después marcaron su vida, pero el amor que nació esa noche había sido especial–

–Andrea tenía tantas palabras que decir, tenía tantas preguntas, sus miradas seguían conectadas, Samuel también tenía mucho que decir sobre todo muchas cosas que preguntar el recordar cómo se conocieron, su primera cita, la forma en la que ella se entregó a él por primera vez, le tenía su corazón latiendo con más fuerza, la observaba quería encontrar en ella algo diferente, tal vez descubrir que realmente Andrea todo lo había fingido pero no encontraba nada, sin embargo encontró su rostro húmedo, sus ojos rojos y a pesar de eso no veía su mirada triste, se veía ilusionada, su rostro reflejaba lo mismo que reflejaba el rostro de él, felicidad combinada con nostalgia por todo lo bello que vivieron, quería hablar pero no podía no quería romper ese momento, un momento donde sus sentimientos estaban a flor de piel, donde con tan solo verla sabía lo que ella sentía, le dio una tierna sonrisa que ella correspondió de inmediato–

Samuel – es maravilloso –su mirada ahora se puso fija en su hijo–

Andrea – todos los días me digo lo mismo –subió su mano para acariciar el cabello del pequeño, él hizo lo mismo, en cuanto sus dedos se rozaron las sensaciones bajaron por todo su cuerpo– lo siento –observó a Samuel con temor–

Samuel – yo soy el que lo siente –Andrea bajó la mirada– pero por lo imbécil que fui esta mañana –Andrea de nuevo lo observó sorprendida– yo...

Andrea – no digas algo de lo que después te puedas arrepentir –su voz se quebró de inmediato sus ojos se llenaron de lágrimas–

Samuel – no hay nada de lo que haya hecho en mi vida de lo que me arrepiento

Andrea – yo sí –de nuevo bajó su mirada, con su mano limpió sus lágrimas–

Samuel – ¿de verdad? –Preguntó con un atisbo de esperanza–

Andrea – todos los días desde hace cinco años –su voz se cortó, sus ojos se inundaron de lágrimas–

Samuel – ¿me quisiste? –preguntó queriendo por primera vez escucharla–

Andrea – no –respondió intentando no llorar, Samuel la observó, bajó su mirada con pesar– te amé –susurró, no podía más, sollozó, el pequeño se removió entre los brazos de su madre–

Samuel – lo mejor será que descanses –observó a Andrea con ternura, se levantó de la cama ante la mirada atenta de ella, camino hacía donde ella estaba, se hincó quedando a su altura, la mano le temblaba, pero con sus dedos limpió las lágrimas que escurrían por su mejilla– mañana hablamos ¿sí? –Andrea asintió, mientras sentía sus dedos rozando sus mejillas– descansa –acercó sus labios a los de ella, por un instante quiso arrepentirse pero ella tomó su rostro y roso sus labios, sollozó en cuanto Samuel movió sus labios con delicadeza sobre los suyos, ahogo entre sus labios su llanto– no llores por favor –susurró separándose lentamente del beso, parecía que le pesaba hacerlo– ahora descansa que yo intentaré hacer lo mismo –Andrea asintió observándolo sintiéndose perdida en sus sentimientos, su corazón latía con mayor fuerza, observó cómo él salía de la habitación, Carlitos de nuevo se acomodó acurrucándose en los brazos de su madre, ella beso su cabeza y las lágrimas salían sin cesar, ¿qué era lo que había pasado? –