Nunca haría nada que te pudiera lastimar...

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Nunca haría nada que te pudiera lastimar...

–Toda la mañana Flavio, Irina y la pequeña se la pasaron en el zoológico, era asombroso para Irina ver cómo la pequeña no se separaba ni un solo instante de Flavio, y es que era verdad que la sangre llamaba. Todo lo que habían caminado dentro del zoológico ya empezaba hacer efectos en la pequeña–

Fernanda – tengo hambre –Irina sonrió al escucharla–

Flavio – ¿Qué se te antoja comer?

Fernanda – hamburguesa –Irina negó inmediatamente, Flavio la observó sonriendo– por favor mami

Irina – mi amor sabes que no me gusta que comas ese tipo de comida

Fernanda – pero a mí me encanta, por favor mami siempre que salimos con Fernando vamos a eso sitios

Irina – porque ustedes –acarició la nariz de su hija– me hacen trampa

Fernanda – por favor mami –hizo un puchero– di que sí

Flavio – hay un restaurant que prepara comida muy rica y nutritiva –Fer hizo un puchero enojada– hacen unas hamburguesas deliciosas y más nutritivas

Irina – dime que no es vegano –Flavio sonrió al ver el rostro de Irina–

Flavio – si venden comida vegana pero no todo lo que cocinan en ese sitio es vegano

Fernanda – ¿Qué es vegano? –Flavio tomó su mano–

Flavio – bueno la comida vegana es...


–Cayetana terminaba de hacer unas transferencias bancarias cuando la puerta del despacho se abrió de golpe–

Leonardo – ¿has sabido algo de tus hijas? –Cayetana alzó la mirada–

Cayetana – hable con Malena al parecer Andrea ayer se sintió mal e Irina se fue con ella

Leonardo – ¿cómo que se sintió mal?

Cayetana – Malena no me pudo decir bien, sólo que mi hija llego con Irina, sin los niños y estaba hecha un mar de llanto –Leonardo sonrió–

Leonardo – algo le tuvo que haber hecho el huele feo –Cayetana suspiro con desagrado–

Cayetana – sí eso parece –se levantó del asiento y observo la ventana que tenía a su espalda– lo que no me gusta es que Fer y Carlitos se hayan quedado a dormir con ellos –Leonardo golpeo con fuerza el escritorio–

Leonardo – tienes que convencer a Rubén para que se casen antes –Cayetana se giró para observarlo–

Cayetana – no puedo presionarlo, Rubén no es tonto y si se da cuenta de mi interés porque mi hija se case puede sospechar

Leonardo – tú no entiendes –se acercó a Cayetana furioso– si ellas siguen conviviendo con esos tarde o temprano terminaran juntos

Cayetana – no creo que los Gallardos las perdonen, Sofía no lo ha hecho

Leonardo – y no debemos de esperar que eso pase, Cayetana tienes que alejar a tus hijas de este rancho

Cayetana – no puedo decirle que se vayan, que no las quiero cerca, entiende son mis hijas

Leonardo – y por eso vas a darle lo que les corresponde, por eso te vas a quedar en la calle después de que le diste la vida a un hombre que no lo valoró –los ojos de Cayetana se llenaron de lágrimas–

Cayetana – Ignacio fue un cobarde –las lágrimas empezaron a humedecer sus mejillas– y es por eso que hice lo que hice, fue su culpa

Leonardo – exacto Cayetana todo lo que hiciste fue su culpa, este rancho el dinero de las cuentas en suiza te corresponde, no dudes nunca de eso –tomó entre sus manos el rostro de ella– mi señora bonita tú te mereces disfrutar todo lo que a su lado hicieron, tú también trabajaste, tú eras la encargada de este sitio, fue una injusticia lo que ese miserable hizo –Cayetana rompió en llanto–

Quiero que VuelvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora