Quiero que Vuelvas

El pasado atrás...

El pasado atrás...

–Irina observaba una propuesta que Darío le había enviado, aunque realmente su mente estaba en la boda de su madre con Leonardo, y es que no podía creer que su madre lo haya preferido a él, de pronto la puerta de la habitación se abrió, Flavio la observó con una sonrisa en su rostro, llevaba consigo una bandeja con comida, Irina tenía más de dos horas metida en su habitación y no había probado bocado–

Flavio – se ve lindo –observó lo que Irina estaba revisando, su voz ocasionó que Irina diera un pequeño brinco del susto–

Irina – no te escuche entrar –le dio una muy ligera sonrisa–

Flavio – no me gusta verte así –colocó la charola al lado del computador de Irina sobre la pequeña mesa– dime ¿Qué hago para hacerte sonreír? –Irina suspiró con pesar–

Irina – Flavio esto para mí es muy difícil

Flavio – lo sé muñeca, pero debes aceptar su decisión –ella suspiró con pesar– mi amor –tomó con sus manos el rostro de ella– sé que tú madre se dará cuenta que no tomo la decisión indicada y entonces ahí estaremos para apoyarla –Irina lo observó sorprendida–

Irina – ¿estaremos? –preguntó sorprendida–

Flavio – claro muñeca, es tú madre, se lo importante que es para ti –Irina le dio una ligera sonrisa–

Irina – gracias Flavio –él negó sonriendo–

Flavio – gracias a ti –le dio un ligero beso en los labios– Fer es lo más lindo

Irina – Fer es lo mejor que hemos hecho –Flavio le dio una sonrisa, levantó las cejas–

Flavio – deberíamos –besó su cuello– hacer –la rodeó con sus brazos en una abrazo–

Irina – ¡Flavio! –dijo sonriendo cuando sintió las manos de él colarse por su blusa–

–Sofía acostaba a Betty en su cuna, la pequeña estaba tomando su siesta, Andrea la observó y sonrió con ternura al observar a su hermana–

Andrea – te vez tan linda –Sofía sonrió girándose– siento tanto que no pudieras vivir esos momentos con Arturito –Sofía la miró con tristeza ella también sentía tanto que eso hubiera pasado–

Sofía – yo no entiendo como tú e Irina creyeron en sus mentiras

Andrea – para nosotros tu muerte fue muy dolorosa –su hermana la miró confundida– Sofí sé que es difícil de creernos pero te juro que a nosotros también nos mintieron

Sofía – y porque si Cayetana les mintió ustedes siguieron a su lado –Andrea suspiró con pesar–

Andrea – es que no fue nuestra madre –Sofía frunció el ceño muy interesada a lo que su hermana iba a decir– nosotros actuamos mal con ocultarle a Arturo que el pequeño estaba vivo, pero por dios Sofía debes de entendernos, para nosotros tu vivías feliz al lado de Leonardo, era ilógico que él fuera el padre de tu hijo

Sofía – sé que fue mi culpa, yo les oculte muchas cosas, pero no cómo las que ustedes le ocultaron a papá –Andrea cerró los ojos–

Andrea – fue el Sofía, él fue quien planeo todo –Sofía negó inmediatamente–

Sofía – de verdad no se dan cuenta, mi madre planeo todo, ella me llevo ese día para que yo viera a mi padre con Alma

Andrea – no te entiendo –Sofía suspiró ante lo que iba a decir–

Recuerdo...

–la puerta del despacho se abrió de golpe, Ignacio pudo ver la desilusión en el rostro de su hija la mayor, Sofía era su mayor orgullo tan parecida a él, con los mismos gustos y el mismo amor por los animales, siempre fue la más dulce y tierna de sus tres hijas y con la que mejor se llevaba, ahora no podía dar crédito a lo que sus ojos veían, intento acercarse a ella pero está se alejó horrorizada no lo dejo hablar–