Quiero que Vuelvas

¡Un Milagro!

¡Un Milagro!

–ante la mirada atónita de Flavio, Irina cargaba a Fernanda e intentaba tranquilizarla, Samuel observaba a Andrea sorprendido a pesar de la comunicación que mantenían vía telefónica, tenía un muy largo tiempo que no se veían, tanto él como ella hacían todo lo posible por mantenerse alejados, ninguno quería saber nada de la vida del otro, esa fue la forma que encontraron para calmar la desesperación y las ganas que sentían cada vez que se veían, y es que estos cinco años para los dos habían sido difíciles, porque cuando aquella gran verdad se descubrió Andrea sentía que vivía en un sueño, y Samuel se creía el hombre más afortunado del mundo–

Flavio – ¿tú hija? –preguntó observando a Irina, intentó acercarse a ella pero Leonardo lo impidió–

Leonardo – ustedes no tienen nada que hacer en mi rancho –Andrea rodó los ojos al escuchar la altanería con la que Leonardo se refería a los hermanos Gallardos–

Flavio – esto no es contigo Leonardo –lo empujó, haciendo enojar más a Leonardo–

Cayetana – basta –se colocó en medio de los dos–

Andrea – mamá lo mejor es que te lleves a Leonardo a dentro –Leonardo sonrió negando–

Leonardo – no querida Andy esté –señalo con su mano– es mi rancho y no quiero a los huele feo en mi rancho

Andrea – entonces nos vamos –respondió molesta observando a su madre–

Cayetana – ustedes no se van a ningún lado –observó a Irina quien acariciaba a la pequeña mientras le susurraba algo en el oído para calmarla– vamos Leonardo –lo tomó del brazo– Irina lo mejor será que entres a la casa –se acercó a su hija, intentó acariciar a Fer pero la pequeña no se dejó–

Fernanda – no quiero entrar –Irina sonrió–

Irina – tranquila mamá, en un momento entramos

Pablo – señorita Irina lo siento

Irina – no te preocupes Pablo –le dio una pequeña sonrisa– Andrea te veo adentro –Flavio la observaba atento a cada movimiento que hacían–

Fernanda – espera mami –la dulce voz de Fernanda hizo que Flavio la observara con ternura– gracias –observó a Flavio con una sonrisa tímida– yo solo quería montar –se bajó de los brazos de su madre, extendió su mano ante la mirada de Irina– me encanto conocerte –Flavio se inclinó a la altura de la pequeña–

Flavio – nosotros tenemos un rancho cerca de este y hay muchos caballos, cuando quieras puedes venir a montar –Fernanda sonrió–

Fernanda – pero ¿tú me vas a enseñar a montar? –Flavio asintió–

Carlitos – eso es grandioso podemos ir ahora mismo –Andrea e Irina negaron inmediatamente–

Samuel – no creo que eso suceda hoy –observó a su hijo– ¿cómo te sientes? –Carlitos sonrió, Andrea lo observó preocupada–

Andrea – ¿Qué te pasó? –Se colocó a la altura del pequeño–

Carlitos – me dolía la cabeza –Flavio observaba a Fer junto a Irina y no podía creer lo que sus ojos veían pero sonrió cuando escuchó a su sobrino–

Flavio – no era el estómago lo que te dolía –Carlitos observó a su papá–

Carlitos – dije ¡estomago! era cabeza pero ya se me pasó –Samuel soló negó–

Samuel – yo sólo quería pasar más tiempo a tu lado –acarició el cabello de su hijo–

Andrea – ¿seguro que te sientes mal? –Irina sonrió negando, Carlitos bajó la mirada–