Quiero que Vuelvas

¿La amas?...

¿La amas?...

–Cayetana observó a sus hijas, sintió un enorme nudo en la garganta sobre todo después de la súplica de Irina–

Cayetana – ¿Qué hacen aquí?

Irina – no te cases –suplicó una vez más, Cayetana negó–

Cayetana – siento que se hayan enterado así –los ojos de Cayetana se llenaron de lágrimas–

Leonardo – por favor mi señora bonita no las escuches

Irina – ¡cállate! –Observó a su madre– necesitamos hablar a solas

Cayetana – yo, no pienso cambiar de opinión, porque yo... –la voz de Andrea hizo que guardara silencio–

Andrea – ¡lo amas! –Expresó molesta, Cayetana la observó sorprendida– eso es lo que nos vas a decir

Cayetana – sé que esto para ustedes es complicado

Andrea – ¡complicado! –Comentó con ironía– ¿desde cuándo lo amas? –Se acercó a su madre furiosa– dime desde cuando tenías una relación con este

Leonardo – ey Andreita respétame

Andrea – el respeto se gana Leonardo y tú –lo observó de pies a cabeza– no te lo has ganado

Irina – por favor, piensa bien lo que vas hacer

Cayetana – yo ya tomé una decisión

Andrea – no has respondido mi pregunta ¿desde cuando tienes una relación con esa basura?

Cayetana – sé que para ustedes es muy difícil, pero deben de entenderme, lo que su padre me hizo fue –guardó silencio ante lo que iba a decir– fue lo peor que un hombre le puede hacer a una mujer que le entrego su vida, que le dio tres hijas y que se dedico en cuerpo y alma a él, el simplemente me cambio se olvido de todo lo que habíamos vividos juntos y se enamoro –sonrió con sarcasmo– de esa muchachita que incluso podía ser su hija

Irina – pero eso no es excusa para casarte con este –observó a Leonardo de pies a cabeza con desprecio–

Cayetana – este –se acercó a Leonardo– como tú lo llamas fue el único que estuvo a mi lado cuando yo más mal estaba, cuando mi mundo se había derrumbado cuando incluso mi padre y mis hijas se habían ido

Andrea – tú sabes muy bien porque nos fuimos, y el abuelo siempre estuvo aquí contigo

Cayetana – mi padre siempre me echó la culpa a mí de lo que Ignacio hizo, para mi padre él era un hombre bueno y yo la mala del cuento

Irina – por dios mamá no digas eso, el abuelo siempre fue un hombre justo, en cambio Leonardo solo se aprovechó de ti, por favor recapacita date cuenta de lo que él realmente quiere de ti

Cayetana – piensan que solo un hombre se puede acercar a mí por interés –observó a su hija sintiendo cierta decepción–

Andrea – claro que no, eres muy bella y si intentaras sanar ese odio y rencor que llevas, estoy segura que muchos hombres estarían atrás de ti

Cayetana – no me interesan muchos hombres, no me interesa nadie más que Leonardo, yo lo amo y él me ha demostrado cuanto me ama

Irina – ¡él no te ama! –Respondió alterada– él ama tu dinero, este rancho, por eso se casó con Sofía pensando que algún día esto sería de ella...

Leonardo – por favor mi señora bonita –tomó las manos de Cayetana– creo que es tiempo que me des el lugar que me merezco –observó a Irina y Andrea– creo que nosotros tenemos algo importante que hacer –le limpió con sus pulgares las lágrimas que Cayetana tenía en su rostro– es nuestro momento de ser felices