El corazón de Sakura Haruno pertenece a alguien que no puede quedarse.
Han pasado dos años desde que Sakura vio por ultima vez a Sasuke, mantenía su vida como doctora en el Hospital de Konoha, los aldeanos la conocían por ser la eterna enamorada de...
Seis meses habían pasado desde que frecuentaba a Daiki, el invierno comenzaba a cubrir la aldea de nieve, y cada noche sin falta el iba por ella al hospital, no podía olvidar el día en que llovió torrencialmente, estaba resignada a no verlo, pero su sorpresa fue grande cuando lo vio parada en medio de la lluvia, con un paragüas para ella. Sakura corría de su oficina despidiéndose rápidamente de su compañera para ir a encontrar a su cita. El la llevaba a cenar a cualquier lugar de la aldea, nunca la contradecía, podían hablar horas sin mirar el reloj, llegaron a un local de postres y se sentaron para perderse en una conversación de medicina y viajes. Le entregaba una camelia, la llevaba a casa y después se retiraba sin pedir más. Pero esa noche no fue asi, Daiki lucía nervioso mientras ella hablaba sin parar.
-Entonces yo pensé que el chico tenia un problema pulmonar -decía emocionada la chica- Pero en realidad el problema estaba en un fallo del hemisferio der....-un besó la interrumpió-.
-Lo siento Sakura -dijo Daiki apenado-Te ves hermosa hablando de todo eso, no lo resistí.
-Esta bien -se sonrojo y miro hacia sus manos-Supongo que ya era momento de besarnos.
-Entonces puedo decirlo -se levanto de su asiento -Dulzura ¿Quieres ser mi novia?
Su vida había cambiado drásticamente desde que llego ese hombre de ojos enigmáticos, le daba felicidad a su vida, una compañía agradable y las mejores sonrisas. Siempre espero que su primera relación y única fuera con Sasuke, el único que besaría y abrazaría, pero descubrió que no era tan fácil. Daiki era el indicado, el mejor para poder empezar de nuevo. Ya no tenía dudas.
-Si quiero Daiki-lo beso- Seamos novios.
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Sasuke se recostó en un árbol para descansar del viaje, el pequeño claro en el bosque era silencioso como le gustaba y la luz apenas penetraba. Hace una semana recibió un mensaje de Kakashi, le había pedido con urgencia que regresara a la aldea para juntar toda la información que tenían sobre una red de científicos que hacían experimentos ilícitos. Resignado había cambiado el rumbo de sus pasos y se dirigían a su nuevo destino. Ya estaban cerca de llegar a Konoha, el no quería hacerlo pero era necesario. En su camino de encontrar la paz, se dio cuenta que dejo herida a muchas personas a su paso, no solo una herida superficial, les había cambiado sus vidas. Cuando perdonaron a Karin en su aldea también perdió la protección. Todos los enemigos que persiguieron a Sasuke, también la querían a ella, todo era su culpa por mandarla a misiones cuando eran miembros de Taka. Karin había llegado a el cuando caminaba cerca de la frontera, lo había seguido por que temía por su vida. Karin era insoportable y no sentía nada por ella, solo culpa por provocarle tantos problemas y ahora su deber era protegerla. Para siempre.
-Sasuke -dijo la pelirroja con las manos en sus caderas- Debemos avanzar antes de que anochezca.
-Esta bien -se levanto- Vamos.
-La chica rubia dijo que parecemos novios -dijo tocando su hombro- Nos vemos bien juntos.