Capítulo 37

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Amelia

Nueve meses después.

Algunos tenemos dias malos, realmente malos y cuando eres médico frecuentemente tienes dias muy malos, a mi eso no me sucede.

Amo mi trabajo, me gusta estar en el hospital, amo pasar tiempo con mis enfermeros, mis amigos doctores y ver a mis pacientes, me encanta que me llamen "Dra. Amelia Pierce", me encanta usar mis uniformes, mi bata blanca y llevar mi estetoscopio en el cuello, me hace recordar a mi mamá, ella era doctora.

El dia de hoy es de esos en los que a todos los niños de la ciudad les atacan los vómitos y las fiebres, cuando las madres no pueden dejar de ser paranoicas y quedarse en casa a esperar, cualquier raspón o fiebre se vienen a internar en el hospital, esa es una de las cosas que como pediatra debo explicar, los niños se caen, los niños se desarrollan y los dientes molestan a los bebés, traer a un pequeño para el hospital solo por un raspón o una fiebre por los dientes es solo algo exagerado.

- Bien Cora, ¿Te duele allí?.- La pequeña niega.- ¿Donde te duele linda?

Ella niega y miro a la mamá algo confundida, ¿Que hacen aqui entonces?

- Dijiste que te dolia la panza.- Dice la madre y la pequeña niega.- Si dijiste eso.

Empiezan a discutir y yo me estoy poniendo histérica, ¿Esa mujer es loca?

- Bien,  aprovecharemos para desparasitarte y luego podrás irte a casa.- La mujer y la pequeña asienten y llamo a la enfermera.- Lea, desparasiten a la pequeña y luego se puede ir.

Salgo de la cortina y veo mucho movimiento, estoy por acercarme porque estan llamando un pediatra pero extrañamente Nathan me llama, ¿Que hace?

- ¡Amelia!.- Lo miro y luego a la puerta de urgencias.- Necesito tu ayuda arriba.

- Esta llegando una paciente.- Me excuso pero el me toma del brazo.- ¿Que haces Nate?

- Te digo que te necesito arriba, Smith puede hacerse cargo.- Frunzo el ceño y asiento no muy convencida.- Vamos, es importante.

Tomamos el ascensor no sin antes fijarme en el revuelo de personal sanitario que rodea el nuevo paciente, por el movimiento puedo deducir que está realmente mal y eso me instala un nudo en el estómago enorme.

- ¿Que necesitas de mi?.- Cuestiono cuando entramos en su consultorio.- ¿Porque me secuestraste? Si la Dra. Schumacher se entera de que dejé urgencias sola me va a matar Nathan.

El suelta una carcajada y me entrega una tableta.

- Tengo una fractura conminuta en un niño de nueve años.- Frunzo el ceño, yo soy pediatra no ortopeda pediatra.

- El ortopeda aqui eres tu, no yo.- Respondo viendo las radiografias.- Quien sabe reparar huesos eres tu, ¿Que rayos quieres que haga?

- ¡Epa!, alguien esta teniendo un mal dia.- Lo fulmino con la mirada.- ¿Que sucede?

Respiro profundamente y cuando voy a responder, Heather entra en el consultorio demasiado extraña, ¿Que está pasando con estos dos?

- ¿Que les sucede?.- Pregunto algo extrañada.- ¿Estas embarazada Heather?

Mi beeper suena y me pongo de pie en un salto e ignorando los llamados de mis amigos salgo del consultorio, me voy caminando por los pasillos hasta que una figura que conozco bastante bien y a la que amo ver aparece a unos metros de mi conversando con cuatro doctores más, ¿Que hace Silas aquí?

Inmediatamente me angustio.

Camino hasta donde esta Silas y cuando me ve, su semblante es bastante preocupado y parece que ha envejecido mil años, con el se encuentran el neumologo de mi hermana, Leslie y la Dra. Schumacher, mi jefa.

Amelia; anoche soñé contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora