Capitulo 35

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Silas

Muchas cosas en la vida carecen de importancia o eso pensaba yo antes de casarme.

Para mi no era importante despertar junto a una mujer, compartir mi vida con alguien diferente a Ava o mi familia, almorzar con otras personas en mi casa, cenar con dos mujeres mas o incluso tener una novia estable.

Entonces llega ella y me hace cambiar toda mi vida.

Amelia es una mujer maravillosa por no decir perfecta; es dulce, sincera y desinteresada, es bondadosa y solidaria, miles de cosas mas.

Ademas de todo eso es la mujer que me regala las mejores sonrisas todos los días y los mejores besos del universo.

¡Dios, esa mujer es fuego y yo estoy demasiado quemado!

Ella es de ese tipo de mujer que hace que quieras ser Superman e incluso Gordon Ramsay.

Esa es la razón por la que una vez ella quedo dormida, me adelante con el desayuno.

Yo no hago estas cosas por nadie, solo por Ava.

Saco el tocino de la barandilla y lo sirvo en un plato.

Llevo macedonia de frutas, huevos revueltos con queso y jamon, panqueques, tocino, avena, café y jugo de arándanos.

Es comida para un regimiento pero después de la noche pasada, no quedara nada, se los aseguro.

Dejo todo en la bandeja y subo las escaleras con cuidado para no joder el detalle.

¿Me estoy volviendo loco por hacer esto? No, definitivamente Nathan estará orgulloso de mi.

Abro la puerta como puedo y sonrio al verla dormir con mi almohada entre sus brazos, abrazándola.

Dejo la bandeja en la mesilla de noche y me meto a la cama con ella.

- Buenos días muñeca.- Dejo pequeños besos en su rostro y ella se remueve.- Es hora de despertar dormilona.

- No.- Dice como una niña caprichosa.- No quiero.

Me rio cuando se tapa la cabeza con la frazada.

- ¿Ni siquiera porque te he preparado el desayuno?.- Y como un rayo se sienta en la cama con los ojos desorbitados.

- ¿Estas bromeando?.- Hago un movimiento con la cabeza a la mesa junto a ella y sonrio.-¿Qué significa eso?

Rio y la abrazo.

- Solo estoy consintiendo a mi guapa y sexy y caliente y extremadamente deliciosa esposa.- Beso la mitad de sus senos y me rio.- Te he traido frutas y todo lo que te gusta, ¿Quieres probar?

Ella asiente toda sonrojada y pongo la bandeja encima de la cama.

- Luces preciosa si te sonrojas.- Digo inconscientemente y ella sonríe como una niña avergonzada.

Es tan adorable y es mi mujer.

¡Definitivamente estoy loco!

Toma una porción del desayuno y gime cuando cierra la boca.

Cocino muy bien, además tengo una hija de doce años que he educado solo.

- Esto esta delicioso.- Dice y luego prueba el café.- Y este es el mejor café de la historia.

Rio y beso sus labios que saben a café español recién hecho en casa.

Sencillamente delicioso.

Terminamos de desayunar y luego nos metemos al baño.

Una hora después ella sale con unos jeans negros, una camiseta gris y unas nikes negras, luce increíblemente guapa.

Amelia; anoche soñé contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora