Capítulo 1

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Amelia

- Dra. Pierce la solicitan en urgencias.- Ese maldito altavoz otra vez, me levanto de la camilla y emprendo la carrera hasta el lugar en el que me necesitan.

En momentos como estos en los que tengo más de veinte horas corriendo de un lado para otro recuerdo las palabras de mi madre cuando dije que estudiaría medicina.

"Amelia, esto no es como ir al circo"

Estudié Medicina en la universidad de Harvard y me gradué poco después de cumplir lo veintidós, en unos pocos meses cumpliré veintisiete y hace casi dos años culmine mi especialidad en pediatría en ese mismo lugar, digamos que anulé toda mi vida social en estos años.

- ¿Quien llamó a Pierce?.- Pregunto en cuanto llego y todo está organizado como lo he dejado hace diez minutos, eso no suele suceder.

Dora aparece detrás de una cortina y me pide que me acerque, en una hora me voy de aquí y la verdad estoy demasiado cansada.

- Cecile Logan, 10 años cayó por las escaleras, está consciente y solo remite dolor en la zona esteloide radial y cubital.- Recita una enfermera, me acerco y la verdad es que no quiero estar en sus zapatos.- ¿Qué hago doctora?

- ¿Te duele aquí cariño?.- La niña asiente con los ojos llorosos.- No te preocupes ya lo arreglamos,Dora, una radiografía y llama a Fischer.- Ella asiente y sale con la camilla hacia la zona de RX, me dejo caer en una silla y suspiro pesadamente cuando entra un mensaje de texto.

Laura: ¿A qué hora llegas a casa? Estoy por irme a la escuela, dejé comida en el micro. TQ.

Laura es mi hermana pequeña, tiene casi quince años y cuido de ella, mi madre falleció hace dos años atras, mi padrastro la mató.

Digamos que mi vida no es muy sencilla, tengo un trabajo soñado en el Centro Médico de Carolina, en Charlotte, Carolina del Norte. Aunque mi sueldo es aireado nuestra vida no es suelta, tengo bastantes problemas económicos y unas semanas luego del fallecimiento de mi madre le diagnosticaron Leucemia a mi hermana, sus tratamientos son genuinamente caros y yo aunque tengo un trabajo estable, no es suficiente.

Laura es todo lo que tengo, ella es la razón por la que me vengo a trabajar, mi motor para ser mejor y si la pierdo, sé que me perdería a mí misma.

Me cambio en los vestidores y me cuando me detengo a verme en el espejo, definitivamente esa no soy yo.

Mi cabello negro herencia de mi madre, los ojos de un marrón claro que según mi madre son herencia de mi padre, las ojeras kilométricas y la delgadez de mi cuerpo son desesperantes.

- Solo estas cansada.- Miro a Heather, mi mejor amiga, a través del espejo y asiento.- Sigues estando igual o más hermosa.

Me giro y me coloco el abrigo, es mediado de Octubre y hace un frio que pica, estoy por decir algo cuando entra Nathan Fischer, un traumatólogo que a la vez es mi amigo y esposo de Heather, me mira y niega con la cabeza, nos sentamos en la mesa y tomamos un café.

El reloj marca las 8:34am.

- ¿Aun sigues con los mismos problemas?.- Pregunta y asiento con genuino cansancio.- ¿Que dijo el banco esta vez?

Suspiro pesadamente y tomo un gran trago de ese líquido mágico.

¿Qué sería de nosotros los médicos sin el café?

- Nos van a embargar.- Confieso con gran pesar.- Ni siquiera se en que estaba pensando mi padre, yo no puedo con todo esto, las medicinas de Laura son carísimas, está la escuela, los intereses del banco, son demasiados gastos y con mi sueldo, aunque es generoso, no doy abasto.

Heather asiente y me toma la mano. Ella es hija del dueño del banco y se ha ofrecido mil veces a ayudarme, no puedo aceptarlo, no se siente correcto.

- No tengo idea de que voy a hacer, chicos.- Me anudo el pelo con una goma en la nuca.- Estaba pensando en buscar un segundo trabajo en algún otro hospital o de traductora, esos idiomas deben servirme de algo.

- Eso sería inhumano.- Me replica Nate con el ceño fruncido.- Trabajas aquí mas de veintiséis horas, es un suicidio.

- Estas cansada y necesitas cuidar a Laura.- Heather se pone de pie y me abraza.- Te vas a matar si haces eso, llegas aquí un martes a las 5:00am y te vas un miércoles a las 9:00am para regresar al otro día a las 5:00am, ¿Estás loca o que te pasa?

- Pasa que estoy a punto de perderlo todo por culpa de ese bastardo, nos arruinó y encima asesinó a mi mamá, mi hermana está enferma y yo no tengo dinero.- Explico con genuina rabia, en serio lo odio.- Necesito sacar dinero de alguna otra parte, aquí me pagan muy bien, demasiado bien pero con todos mis problemas no es suficiente.

Mis amigos asienten y nos quedamos conversando un rato mas hasta que decido regresar a casa, abrocho mi abrigo y arreglo mi mochila en mi espalda y empiezo a caminar al estacionamiento, vivo en las inmediaciones de Hunterville, en Airum Lake Norman un complejo habitacional a orillas del lago Lake Norman en una propiedad que compré con mis ahorros y una herencia que me dejo mi abuela.

Vivo junto a mi hermana en un ático de dos habitaciones con respectivo baño, una cocina y sala de concepto abierto con un ventanal enorme en la pared principal con vista al ciudad, es lo único material que tengo junto a mi pequeño Opel Karl Rock del 2010 blanco. Salgo del estacionamiento y tomo la calle Dilworth con uno de mis favoritos, Brett Young y su colosal voz en Mercy , justamente treinta minutos después estoy aparcando mi pequeño bebé en el edificio 8701 en la calle Dr. Pinaple Cross .

Tomo el ascensor y cuando entro en mi ático dejo mis cosas en el sillón gris oscuro que contrasta con el impoluto blanco de las paredes, los pisos de madera clara pero que combina con la chimenea de mármol del frente, paso la isla de la cocina hasta el microondas, Laura dejó pasta a la carbonara allí, lo recaliento y me lo como.

No pasan cinco minutos para que escuche el correteo de Theo, mi lindo pomeriano blanco, en cuanto lo siento en mis pies me hinco para abrazarlo y acariciar su pelaje.

- Mama ya llego cariño.- El ladra y me rio.- Vengo muy muy cansada, ¿Me acompañas a la siesta?

Otro ladrido y entre risas con las locuras de Theo voy a mi habitación y me pierdo en el baño y el agua caliente de la ducha, me envuelvo en un conjunto de chándal gris y me lanzo en mi mullido colchón, Morfeo me recibe con los brazos abiertos, dormir es el único estado en el que no soy consciente de todos mis problemas económicos, de la enfermedad de mi hermana o de que su padre mató a mi mama frente a ella misma, tampoco que en poco menos de dos meses me van a embargar lo único que queda de mi madre o que mi sueldo de USD$190.000 que hace un par de años me haría vivir como una reina, ahora no me alcanza para nada.

Tengo veintiséis años y mi vida es un auténtico caos, cuido a mi hermana que encima está enferma, soy médico y mi padrastro nos destruyó nuestra vida.

¿Que puede ser peor?

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Amelia; anoche soñé contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora