Capítulo 51

4.2K 263 14
                                    

Amelia

¿Cuántas veces en estos cinco años lloré a mi madre? ¿Cuántas veces en estos cinco años escuche a Laura llorar y culparse por la supuesta muerte de mi madre? ¿Cuántas veces anhelé un abrazo suyo, quizá un beso o un buena noche? ¡Ahora resulta que está viva!

¡Es como una maldita película de terror!

Verla luego de cinco años igual a como la recordaba, con los mismos ojos azules, los tirabuzones castaños y la sonrisa cálida que la caracteriza, es increíblemente abrumador, ahí esta ella luciendo tan hermosa como siempre y no puedo evitar llorar.

¡Mi mamá está conmigo!

- Mami.- Chillo abrazándola otra vez cuando Silas se ha marchado del despacho.- Te he echado tanto de menos.

- Pero aquí estoy mi paloma hermosa.- Besa mi mejilla y luego mira mi vientre.- ¿Es cierto lo que me ha dicho Silas?

Asiento y ella suelta unas pequeñas lágrimas.

- ¿Entonces voy a ser abuela?.-  Asiento otra vez.- ¿Puedo hacerme cargo de todo?

- ¡Pero claro!.- Asiento con alegría.- Mamá, hay algo más que tienes que saber.

Ella frunce el ceño y me rio al ver su expresión, luego lo olvido al saber que algo esta por ocurrir.

- El está aquí.

Su rostro demuestra muchísima confusión.

- ¿Quién?

Suspiro profundo.

- Mi padre.

Sus ojos brillan solo al mencionar esa ultima palabra y niega con la cabeza cuando la puerta se abre de golpe y quien desde hace un mes es mi persona favorita en el mundo aparece frente a nosotras.

- Álvaro.

Me giro para ver la expresión de mi padre y la verdad es que quiero correr a abrazarlo.

- Romina.

Luce desencajado en su totalidad, su voz ha sonado tan rota que por un segundo he creido haber escuchado un sollozo, sus ojos lucen irritados y esa bondad que desde que lo he visto por primera vez lo ha caracterizado, en este momento luce solo como anhelo, incredulidad, añoranza, ¿Amor?

- Papá.- Le llamo pero es como si yo no estuviera aquí.- ¿Papi? ¿Estás bien?

- Pero si Amelia me ha dicho que estabas muerta.- Murmura con total incredulidad acercándose a trompicones a nosotras.- ¿Cómo es esto posible?

Es cuando veo el rostro impregnado de lágrimas de mi mamá y unos segundos después llega lo menos previsible.

¡Se abrazan!

Es decir, los abrazos de Silas son protectores e impregnados de amor, pero este traduce en un gesto todo lo que se ha anhelado por años, mi papá revisa su cuerpo como buscando alguna falta y luego la mira a los ojos.

- ¿Estás bien?.- Pregunta y ella asiente aun mirándolo con lágrimas en los ojos.- ¿Por qué no me lo dijiste?

- Tenías que regresar.- Se excusa mi madre y yo ahora estoy más confundida.- Debías hacerlo.

- Pero pudiste habérmelo dicho y nos íbamos juntos.- Dice mi papá y se despeina el pelo.- Me privaste de ella Romina, ¡Fueron veintiocho años pensando en lo que pudimos tener y ahora resulta que tenemos una hija!

- ¡Perdón!.- Le grita mi mamá de vuelta y yo pego un respingo.- Solo tenia veinte años, no tenia idea de nada en la vida, ¿Qué esperabas que hiciera?

Amelia; anoche soñé contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora