Hoy es el gran día.
Amelia por quinta vez revisa que su vestido esté perfecto, parece una de esas típicas novias que anhelan con todo su corazón que el día pase, en realidad ella sólo quiere que ese día no exista.
El vestido cubre su cuerpo con sublimidad, con delicadeza y perfección, una obra de arte arropa su menudo cuerpo como la más fina de las joyas.- Silas no va a querer separarse de ti jamás con ese trasero.- Comenta Heather tras suyo.- Estás guapísima Amy.
Amelia se gira y la mira, la felicidad brilla por su ausencia.
- Quiero una varita mágica para hacer que el tiempo vuele.- Heather se acerca a abrazarla, eso es justo lo que Amelia necesita en ese momento.
- Por lo menos Laura podrá verte casada.- Amelia asiente y suspira.- Anda sonríe, te llevas a mi hermano que es el sueño de cualquier mujer con ojos.
- Yo soy ciega pues.- Bromea y ambas se ríen cuando Hannah entra en la habitación.
- ¡Mira nada más que hermosa te ves!.- Exclama y Amelia medio sonríe.- Es hora, los invitados esperan.
Amelia asiente y sale de la habitación hasta las puertas francesas que conducen al arco en el que se llevará a cabo la ceremonia civil, justo al lado del extenso prado que ha sido decorado con rosas y orquídeas blancas al igual que su ramo.
Antes de abrir las puertas francesas, Amelia sostuvo la pequeña Cruz de oro blanco y diamantes que cuelga de su cuello, una pieza única que su abuelo le regaló a los quince años y cerró los ojos.
《 Señor, se que pocas veces me tomo el tiempo de hablar contigo y te pido perdón por ello y por todo lo que estoy haciendo ahora, sólo tu sabes lo que me está costando pero en momentos como estos necesito demasiado de mi mamá, de mis abuelos y sobretodo de ti. Ayúdame a ser fuerte por Laura, por mi, sólo no me dejes sola nunca. Amén》
- ¿Lista?.- Simón se coloca junto a ella y Amelia le sonríe.
- Lista.- Las puertas se abren y sus ojos rápidamente vuelan a los del hombre que la espera al otro lado, Silas la recorre con la mirada y sonríe justo cuando el grupo musical que estaba compuesto por un violín, un piano y una Chelo, dio inicio a los acordes de You raise me Up de Josh Groban.
Amelia camina lentamente hasta el encuentro de Silas al que la respiración se le ha esfumado, sin dudas Amelia es la cosa más hermosa que el pudo haber visto.
《 Santa Teresa de Jesús, ten piedad de mi》 Pidió el hombre para sus adentros, era imposible para si mismo despegar sus ojos de la mujer que estaba atravesando el sendero de rosas con telas de seda blanca surcando los aires.
《 Oh mierda, estoy más jodido que Siria》 Vuelve a decirse a si mismo justo cuando Amelia se detuvo frente a él, ella sonríe y literalmente, él se desmaya.
Silas mira a su lado y ve a Nathan sonriendo, sin ningún apuro se atreve a preguntar frente a todo mundo.
- ¿De verdad me voy a casar con ella?.- Y como era de esperarse todos empezaron a reír.
Amelia lo mira y se ríe.
- ¿Aún estoy a tiempo para correr?.- Pregunta y el niega tomandola de la mano.
Justo en ese momento no se sintió como teatro para ninguno de los cincuenta asistentes del lugar, la mayoría de ellos empresarios y familiares del novio, provenientes de España.
- ¿Está de más decirte que luces perfecta?.- Pregunta acercándose a su oído, es una de esas escenas que regalan una fotografía digna de una postal, en este caso sería a las más grandes revistas de cotilleo americano.
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Amelia; anoche soñé contigo
RomanceElla tiene un agujero negro de problemas arrastrandola sin piedad. El puede ser su salvación. ¿La condición? - Cásate conmigo.