Capítulo 39

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Amelia

Miedo...

Soledad...

Dolor...

Tristeza...

Enojo...

Impotencia...

Culpa...

Uno, dos, tres...

Respira Amelia, respira.

Inhalar...

Exhalar...

Repetirlo alrededor de treinta mil veces para pasar el dia.

Un dia...

Dos días...

Tres días y así hasta ahora...

Come Amelia, come...

Toma agua Amelia, toma agua...

Sobrevive...

Porque puede que el dolor no sea permanente, pero cuando existe es insoportable.

- Mamá.- Escucho la lejana voz de Ava en algun lado de la infinita habitación.- Mami.

Le respondo con una quejido y me acurruco en las sabanas, cierro los ojos y respiro profundamente.

- Papá quiere que bajes a cenar.- Niego con la cabeza.- Papá ha hecho pasta a la bolognesa como te gusta, ven ¿Si?

Suspiro profundo y me levanto de la cama, me aferro al abrigo y meto los pies en las pantuflas.

Salgo de la habitación detrás de Ava y bajo las escaleras con deliberada lentitud.

Al llegar al comedor caigo en cuenta de que todos mis amigos, mis suegros y mi esposo están allí.

- Hola.- digo en un murmullo y me detengo en la silla de siempre y ms ojos se pasean por ese puesto vacío en frente de mi junto a Silas que Laura siempre solía ocupar.

La echo tanto de menos. 

- Muñeca.- Silas se pone de pie con ánimo y se coloca junto a mi.- He cocinado tu pasta favorita, ¿La pruebas?

Asiento con la cabeza y luego de que el abra la silla para mi, me siento.

Silas coloca frente a mi un plato de pasta que debo admitir, huele delicioso y lo miro.

Todos aquí están esperando que coma y en efecto lo hago, de inmediato mis papilas gustativas hacen una fiesta al percibir el sabor tan exótico en este bocado.

- ¿Y?.- Pregunta con ansiedad.- ¿Está rico?

Asiento tomando otro bocado, justo allí todos empiezan a comer.

Me siento como la Reina Isabel II.

Todos me miran en espera de alguna otra reacción pero la verdad es que no se que decir, solo quiero regresar a mi recámara y meterme debajo de mis cobijas a drenar todo el dolor, la ira y el frío que siento en mi interior.

Laura se ha ido y nunca podré recuperarme de su partida.

- Amelia.- Escucho el susurro indeciso de Leslie, levanto la mirada y veo sus ojos cristalizados.- Estoy embarazada y no lo puedo hacer sin ti.

¿Mi mejor amiga embarazada? ¡Eso es increíble!

Miro a Edward que tiene su mano entrelazada a la de la rubia encima de la mesa y sonríe un poco ruborizado, la misma postura de Nate y Heather.

Amelia; anoche soñé contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora