Capítulo 9

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Amelia

Mas del 70% de la población femenina mundial sueña con casarse alguna vez en su vida, otras simplemente no consideran el matrimonio como una meta a alcanzar y hay algunas como yo que simplemente ignoramos esa palabra o bueno, ignoraba esa palabra.

Planifiqué solo una cosa para mi vida: Sería doctora como mi mamá y a los veintidós logré eso; ahora resulta que debo planear una boda para los proximos dos meses y bien, eso no me ilusiona.

Para mi casarme no significaba nada, ni siquiera un medio para ser feliz o alcanzar alguna cosa, simplemente me era irrelevante.

Me causa mucha risa ver mi vida en este momento, esta ocurriendo exactamente todo lo que evité desde mi ultima relación, esa que casi me destruyó.

Conocí a Pablo en el internado, el es español y para hacer el cuento menos largo, lo encontré durmiendo con la enfermera de turno, un clásico entre sanitarios, ¿No?.

Me miro en el espejo y no puedo creer lo que veo, se parece a la chica que se graduó con honores en la mejor escuela de medicina del mundo hace casi cinco años, sin ojeras, una imagen fresca y pulcra.

Como si el mundo no me estuviera aplastando.

Ese vestido verde aceituna combinado con esos tacones nude y mi pelo suelto, hacen que parezca una mujer nueva, de esas que duermen sus ocho horas reglamentarias y mueren metidas en el gimnasio, mi realidad es que yo soy médico y que no voy al gimnasio.

- Estas guapísima.- Dice Laura desde la puerta de la habitación.- Silas se quedará con la boca abierta.

Rio por su comentario y tomo mi gabardina crema del diván y me giro para salir justo cuando me llega un mensaje de Silas.

Silas: Estoy abajo.

Yo: En dos minutos llego.

- Nos esperan.- Mi hermana asiente y me sigue hasta el ascensor no sin antes achuchar a Theo.- ¿Estás ansiosa?

Ella asiente y se apoya en mi costado.

- ¿Te sientes bien?.- Tambien asiente y vuelvo a revisar que las medicinas estén en mi bolso por cualquier eventualidad.- Si te sientes mal me lo dices, ¿De acuerdo?

Ella asiente y las puertas se abren en el lobby del edificio, por las puertas puedo ver un auto elegante y caro en la calzada, ¿En serio me voy a casar con ese hombre?

- Buenas noches Srtas. Pierce.- Saluda Scott, el portero, quitandose el sombrero.

- Buenas noches Scott.- Saludamos al unísono y el nos abre la puerta.

Mis ojos se clavan en los del hombre que se encuentra apoyado en el auto gris junto a la pequeña, ¿De verdad perteneceremos a ellos? Me detengo y veo como ve barre con la mirada. ¿Porqué es tan guapo?

Estos cinco años serán tan largos y tormentosos.

- ¡Lala!.- Grita Ava en cuanto nos ve y mi hermana se deshace de mi agarre.

- ¡Cuidado Laura!.- Le reprendo y ella se ríe, bajo los peldaños de la entrada y me reúno con Silas.- Hola.

Me detengo a unos centimetros de distancia y su perfume embriaga mis fosas nasales. Huele a madera y vainilla, ¿Eso es posible?

Amelia; anoche soñé contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora