Amelia
Me he casado hace catorce horas y por el momento solo ha cambiado una cosa, esa es mi apellido.
Amelia Berkshire.
Suena bien.
La ceremonia me rebasó totalmente, creí que seria mas facil dado la buena sintonía que manejamos en la convivencia diaria. Fue bastante abrumador y especial a la vez.
Todo eso lo logró Silas con su magia y delicadeza, es un hombre increíble y ahora soy su esposa.
Eso de traer a uno de mis cantantes favoritos para que disfrutara la ceremonia o sus atenciones hicieron una gran diferencia y se que puedo confiar en el, pero no puedo confiar en mi.
Me he casado con un hombre magnífico que es capaz de hacerte ver el lado bueno de las cosas aun cuando no exista, ese es el tipo de persona que me atrae y ahora duermo con uno.
Se que me voy a enamorar de el y también se que me estoy adelantando y que Silas ya me ha advertido que viva sin adelantos pero eso no esta en mi naturaleza.
Siempre he estado un paso delante y siento que en este momento ya he perdido el control de todo. Es especial de mis emociones por el hombre que ahora mismo está atravesando la puerta que nos separa de la habitación gemela en la que descansan las niñas en uno de los mejores hoteles de Madrid.
- Ya deja de martirizarte con tus pensamientos Amelia.- Me regaña deshaciendose del abrigo que le he regalado semanas atras por su cumpleaños.- Ya te lo dije, no te adelantes.
Resulta muy fácil pedirme algo así pero no es exactamente eso lo que esta haciendo que en este momento tenga muchas ganas de llorar.
- Necesito que me abraces Silas.- Pido con un hilo de voz.- Por favor.
Silas me mira desconcertado pero luego me atrae a su pecho y me arropa con sus brazos, las lágrimas que he tenido todo el dia por fin salen y es como si un peso enorme abandora mi cuerpo y solo puedo recordar con tanta nostalgia como un dia como hoy hace tres años, 11 de diciembre 2015, Jake Coleman asesinó a mi mamá.
- Shh Amelia, calma.- Me pide con la voz dulce, atrapa mi rostro entre sus manos y me limpia las lagrimas con cuidado.- Tranquilízate cariño, respira.
En medio de los recuerdos no me pasa desapercibido la palabra cariño en esa oración, es cuidadoso y ¡Mierda, eso es brutal!.
- Lo siento.- Me disculpo poniendome de pie.- Perdón por eso, no volverá a suceder.
Silas imita mi gesto y se coloca las manos en la cintura, frunce el ceño y chasquea la lengua.
- Quiero que entiendas una cosa Amelia.- Brama con un deje de enojo.- Soy tu esposo lo quieras o no, he prometido cuidarte y lo haré, ¿Es tan difícil para ti entender que me importas aunque estemos juntos no por elección propia?
- Perdón.- Murmuro abrazandome a mi misma.- Es solo que estoy abrumada con todo esto de la boda.
Silas sonríe y coloca sus manos en mis brazos, uno a cada lado.
- ¿Porqué no disfrutas tus vacaciones?.- Asiento.- Tengo una reunión mañana en la mañana pero estaré aqui con ustedes para el almuerzo, luego caminaremos por Madrid y me enseñaras que tan bien hablas español.
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Amelia; anoche soñé contigo
RomansaElla tiene un agujero negro de problemas arrastrandola sin piedad. El puede ser su salvación. ¿La condición? - Cásate conmigo.