Amelia
Italia es un país mágico, lleno de amor, alegría y felicidad. Yo nací aquí, mi mamá era de aquí y me encanta decir eso.
Yo soy italiana, aunque América me adoptó.
Caminar por las calles de Montalcino, un pequeño pueblo en la provincia de Siena en la Toscana, lleno de felicidad, amor y gente magnífica.
Caminar de la mano con el hombre, del que estoy segura, estoy enamorada muy a las trancas, por el lugar que me vio crecer y ser feliz por mucho tiempo, es un sueño.
Creí que no regresaría jamás a este lugar, que no podría volver a la casa de mis abuelos, tocar mi violín, ver los viñedos desde la bodega de mi abuelo o simplemente desayunar en la terraza Steffira, Silas me regaló todo eso.
Verlo correr por las estrechas calles de Montalcino junto a las niñas es un lujo que no lo cambiaria por nada.
- ¿Amelia?.- Me giro en cuanto escucho esa voz.- ¿Eres Amelia Steffira?
Aqui todos me conocen como Amelia Steffira o Lombardi, nadie sabe mi primer apellido, tambien suelen llamarme con el nombre de la hacienda de mis abuelos.
- ¿Fiorella?.- Ella sonrie.- ¡No lo puedo creer!
Fiorella era una gran amiga cuando vivía aquí, perdí casi todo el contacto cuando viaje a Boston.
- ¡Que guapa estas!.- Me dice y se rie.- Pero, ¿Que haces aqui? Escuché que perdiste el viñedo.
Asiento.
- ¿Entonces que haces aqui?.- Pregunta otra vez.
- Recuperé el viñedo.- Digo y ella niega.
- ¿Pero cómo?.- Cuestiona incredula.
Me rio.
- Me casé con el dueño del banco que me embargó.- Respondo y se lo que va a pensar.- Y no, no lo sabía.
Miro hacia un lado y Silas me guiña un ojo.
- ¿Ese guapo es tu marido?.- Pregunta y Silas se acerca junto a las niñas.- ¿Me presentas?
- Cariño te presento a Fiorella.- Digo y mi amiga extiende su mano.- Ella, este es Silas Berkshire, mi hija Avalene y a Laura ya la conoces.
Avalene la saluda y luego Laura, antes de volver a sus retozos.
- Espera.- Dice Fiorella unos minutos después de platica.- ¿Te casaste con el dueño de Bank of America?
Asiento y me echo a reir.
- ¡Oye, yo me casé con Enzo pero tu!.- Grita y nos echamos a reir, continuamos conversando unos minutos mas y luego regreso con mi familia. Ellos lucen felices y me acongoja saber que yo pude haber evitado eso.
De repente deseo que todo en Charlotte lo pueda controlar desde aquí y no tener que marcharme.
Miro al frente donde se encuentra Silas jugando con las niñas, abraza a Laura y besa su cabello para luego ir con Ava y hacer lo mismo, el es adorable.
Hace once meses desde que vivimos juntos y no me puedo quejar tanto, exceptuando los inconvenientes con Monique, todo está bien.
En las ultimas semanas he estado algo deprimida, he tomado mas de lo que lo he hecho toda mi vida y he pasado esa etapa de aislamiento voluntario, de hecho aun estaria en esa bodega de no ser por Silas.
- ¿Quieren ir por helado?.- Pregunto acercandome a ellos.- Probarán el mejor helado de chocolate del mundo.
Las niñas rien y Silas pasa el brazo por mis hombros.
ESTÁS LEYENDO
Amelia; anoche soñé contigo
RomantikElla tiene un agujero negro de problemas arrastrandola sin piedad. El puede ser su salvación. ¿La condición? - Cásate conmigo.