Una apuesta, llevándonos a sufrir las consecuencias de no medir las palabras estando enfurecidos, lastimándonos, terminando lo poco que habíamos conseguido.
Para Gregg Hamilton, enamorarse era clavarse otra espina en el corazón.
¿Para mí? Enamorar...
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Fue un accidente y no me pondré celosa. Fue un accidente. Ac-ci-den-te.
—Tía Cristal, estás triturando tu patata frita.
Miré mi plato, el cual tenía mas puré de patata frita que la patata frita viva. Sin querer acabé triturándolas con mi tenedor, imaginándome que era la cara de cierto hombre que ha desaparecido con Susy. Es que no entiendo como pudo irse sin siquiera decirme una palabra, sabiendo que no estaba muy feliz después de haberlos visto tan...
¿Seré pervertida por imaginarme otra escena o son los mismos celos de novia psicópata? Oh no, es que aun no sé si soy su novia o que.
—Nicky —agarré sus manos y ella ladeó su cabeza, curiosa—, nunca te enamores de un chico.
—Mmm... —entrecerró sus ojos, mirando hacia otro lado— Papá dice lo mismo, pero mamá siempre lo golpea cuando dice eso. ¿Significa que tengo que golpearte?
—Si dices eso así, pensarán que tu madre maltrata a tu padre, cariño —dije alarmada, preocupada de que alguien que no conozca a ese par piense mal.
—No, ellos se aman mucho y solo se dan golpes con la almohada que después termina siendo una divertida guerra de almohadas. Por eso quiero enamorarme —se soltó de mis manos y agarró una patata frita, llevándola a sus pequeños y rosados labios—, para poder tener a alguien con quien jugar, reír y que me quiera mucho, así como papá y mamá se quieren.
¡Es un amor de niña! ¿Por qué Wen no puede ser así? Si le menciono algo sobre enamorarse, me llama boba y se va. ¿Qué le enseña Nicolás? Enserio, necesito pasar mas tiempo con mis sobrinas o ese hombre terminará por convencerlas de que es mejor estar solteras de por vida. La única vez que la escuché hablar sobre matrimonio, fue para molestar a Nicolás.
—Eres muy linda —pellizqué su mejilla con suavidad—. ¿Quieres ser buena e ir a espiar a tu tío?
—¿Mandando a mi hija hacer el trabajo sucio, Cristal?
Mierda, fui descubierta por Victoria... ¡Que los dioses se apiaden de mi!
Sonreí de forma inocente cuando se sentó enfrente de mí, mirando a Nicky de reojo, pero siempre acusándome con su mirada matadora de hombres. Victoria Hamilton tiene la habilidad para ser perfecta aun en su sexto mes de embarazo y con una barriga el doble de lo normal. ¡Eso debe dar un terrible dolor de pies, espaldas y un terrible dolor para Ian!
—¿Cómo estás llevando el problema de la ex novia psicópata? —agarró la patata que le ofreció Nicky, besando su mejilla con ternura y dejándole marcada de labial rosa.
—El mundo está lleno de psicópatas, ¿no crees? Mérida y Ethan encabezan la lista, podemos incluir también a Dimitri, pues la pobre Olivia quedó un poco traumada en ese matrimonio fallido.
—¿Quién no quedaría traumada después de estar casada con un hombre que te llamaba como su prometida muerta? —negó con la cabeza, suspirando—. Supongo que no puedo quejarme mucho de Mérida, al menos ella solo quería recuperar a Ian. Mientras que Mackenzie —se quedó pensativa unos segundos, mirando el anillo en su dedo—, es obvio que quiere algo más.
