Capítulo 36

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Desperté por el suave sonido de la ducha cayendo, el agradable olor a comida recién hecha y la comodidad de una cama suave y limpia

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Desperté por el suave sonido de la ducha cayendo, el agradable olor a comida recién hecha y la comodidad de una cama suave y limpia. Abrí los ojos cuando la puerta del baño se abrió encontrándome con un sueño hecho realidad. Sonrió al verme observarlo, más bien admirarlo, y el extraño ardor en mis mejillas me tomaron por sorpresa. Era como volver el tiempo atrás, cuando las nubes blancas y el cielo azul eran hermosos y me acostaba en el césped a ver las formas de las nubes.

Era volver a la época en la que creía en los sueños y no estaba arruinada.

—Buenos días, Mackenzie —dijo, tirando la toalla a una silla mientras agarraba unos bóxeres del cajón—. ¿Amaneciste mejor?

¿Debo decirle que hace mucho tiempo no tenía un despertar tan maravilloso como este?

—Si, solo un poco cansada —admití en un susurro, saliendo de la cama, sin importarme mostrarme desnuda frente a él. Me acerqué lentamente a agarrar un bóxer que me ofrecía, supongo que mi ropa interior ya no tiene remedio después de haber sido... destrozada.

—No esperaba que tuvieras tanta experiencia —dijo sin ánimos de ofender, pero eso dolió un poco—. Me he llevado una grata sorpresa, Mackenzie.

—Gracias.

Me puse el bóxer ante su atenta mirada y entré al baño antes de que pudiera decir algo, necesitando algo de espacio. Cuando escuché mi teléfono en la habitación, me lamenté. No tardé mucho en abrir la puerta, encontrándome con su mirada furiosa y el teléfono en sus manos.

—Dijiste que no tenías nada que ver con él, dijiste que no te involucraste en el accidente de Gregg —tiró mi teléfono junto a mi ropa, pasando sus manos por su cabello—. ¡Mi sobrina iba en ese auto, Mackenzie! —gritó.

—¡Lo sé y lo siento! Dije que hablaría contigo y lo haré, pero no cuando podrías morir por mi boca —agarré sus manos, dejando mis lagrimas salir de mis ojos—. ¿No entiendes, Zac? Año atrás te dije que había alguien intentando comprarme como su mascota, te dije que podrían lastimarlos y ¿Qué pasó después? —no respondió, solo me miraba a los ojos— ¡Mataron a mi bebé, Zac! Me golpearon en un callejón, me dejaron inconsciente y cuando desperté, ya no había nada de mi salvo la sangre en mis piernas. Quedé destruida, sabiendo que tenía que cumplir o el siguiente sería Gregg... —solté sus manos— o tú.

—Vete.

Sabía que todo era demasiado bueno para ser verdad. Anoche dije mentiras, creyendo que la verdad lo ahuyentaría de mi y que nunca tendría la oportunidad de estar con él. ¿Y que pasa hoy? Tuve la oportunidad de sentir un poco de cariño, algo que no sentía hace años y ahora... se acabó. He regresado a la realidad, donde merezco, porque alguien como yo no merece ni soñar.

Entre lagrimas y sollozos me vestí, lamentando el día en el que no tuve las fuerzas suficientes para acabar con mi vida. No hay vuelta atrás, solo fui otro revolcón de otro hombre, uno que me trató de forma especial y al menos puedo conservar este recuerdo.

Hamilton Playboy |Serie Hamilton| #2.7 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora