Una apuesta, llevándonos a sufrir las consecuencias de no medir las palabras estando enfurecidos, lastimándonos, terminando lo poco que habíamos conseguido.
Para Gregg Hamilton, enamorarse era clavarse otra espina en el corazón.
¿Para mí? Enamorar...
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Me tiré a la cama, mirando el techo blanco
¿Qué puedo pensar? Me dejé llevar al ver su mirada de disgusto y el que ella crea que soy un insensible que no puede amar, me lastimó. Y como el idiota que soy, terminé diciéndole cosas feas además de haberle contado mi rechazo más vergonzoso. ¿Qué digo? Si ese fue mi único rechazo.
—Fue una pelea un poco interesante, teniendo en cuenta que estabas desnudo —dijo Demi, sentándose en la orilla de la cama, cubriéndome con la sabana—. También podemos mencionar el hecho de que ambos están teniendo una lucha absurda. Se gustan, ¿Por qué no lo admiten?
—¿Para qué? Ella estará esperando a que un día le sea infiel, es la imagen que tiene de mí.
No dijo nada más, pues sabe que tengo razón. ¿Es posible estar con alguien que espera lo peor de ti siempre? He querido hacerla comprender que no me importa ninguna otra mujer, me he mantenido ocupado en la agencia, olvidándome de las salidas con chicas y los coqueteos con las mujeres, pero cuando me vieron con Susy en la boda de Demi, todos comenzaron a pensar que estaba con ella.
¡Es la cuñada de Asheron! Bueno, era la cuñada de mi cuñado. Ella se sentía mal y yo le ayudé, eso fue todo. ¿Por qué siempre tienen que pensar mal de mí? Sé que no he sido ningún santo, pero tampoco ando metiendo la cabeza debajo de la falda de cualquier chica, joder.
Sé que mis padres saben que yo no soy el padre del bebé que está esperando Susy, sé que Demi me cree y Alex sabe que me gusta Cristal. ¿Por qué le cuesta tanto a ella el creerme? ¿Qué mierdas necesito hacer?
—¿Quieres que te de una idea? —me preguntó Alex, sentándose al lado de Demi. Esta le vio con desconfianza, sabiendo que sus planes no siempre salen bien.
—¿Incluye prostitución? —preguntamos al mismo tiempo.
—No, idiotas —Demi lo golpeó, molesta de que le insultara—. Cristal apostó, la tienes solo para ti por el tiempo que quieras. ¿Por qué no tenerla como esclava?
—Es una idiotez —dijo Demi, cruzándose de brazos—. ¿Qué quieres que haga? ¿Qué le lave la ropa o que le haga una buena...? —se quedó en silencio, mirando su barriga—. Asheron también me prohibió decir palabras sexualmente vulgares.
—Si, no queremos que la pequeña escuche esas palabras antes de nacer —respondí, poniendo mi mano en su barriga.
—Lo que quiero decir es que, si ella mira a un mujeriego con necesidades sexuales cada hora, dáselo.
Dios mío, con solo ver su sonrisa de niño bueno me da terror este plan. Pero puede que sea interesante...
A las doce de la noche, bajé a la cocina cuando escuché ruido. Me apoyé en el marco de la puerta, viendo a mamá pellizcando la lasaña que no alcanzamos a comer debido a mi problema con Cristal. Sonreí al verla arrugar la nariz, al igual que Demi, cuando probó la lasaña. La similitud de ambas es impresionante, pero mas impresionante es que ninguna lo admita. Yo no tengo ningún problema en decir que salí como papá, el hombre es un ejemplo a seguir como empresario, esposo y padre, no tengo ninguna queja.
