Una apuesta, llevándonos a sufrir las consecuencias de no medir las palabras estando enfurecidos, lastimándonos, terminando lo poco que habíamos conseguido.
Para Gregg Hamilton, enamorarse era clavarse otra espina en el corazón.
¿Para mí? Enamorar...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Púdrete, Gregg.
Me agarró del brazo antes de que pudiera salir del salón y me empujó a la pared, acorralándome con su cuerpo. ¿Por qué me tienen que gustar estas escenas de novela? ¡Está mal! Y cuando acarició mi mejilla con suavidad, todo empeoró.
—Pudrámonos juntos en el infierno, que nos culpen por caer en la tención de la carne, porque demonios, deseo cada centímetro de tu cuerpo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
------
Publicando esta historia de nuevo ya que he estado viendo nuevas lectoras desde que "Hamilton Girl" ha vuelto a ser gratis.
Por cierto, si, me cambié el nombre y el usuario. 🥺