Una apuesta, llevándonos a sufrir las consecuencias de no medir las palabras estando enfurecidos, lastimándonos, terminando lo poco que habíamos conseguido.
Para Gregg Hamilton, enamorarse era clavarse otra espina en el corazón.
¿Para mí? Enamorar...
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Me desperté sobresaltado ante el sonido de algo cayéndose en el pasillo. Sin detenerme a ponerme un pantalón, salí al pasillo, donde una adormilada Cristal se sobaba la rodilla. Me crucé de brazos, sonriendo por los insultos que salían de su pequeña y delicada boca, fruncía la nariz y su pijama de superhéroes solo lo hacía más adorable.
¿Qué tienen las mujeres con usar pijamas de dibujos y cosas adorables? Demi siempre usó pijamas de unicornios, Hollie de gatitos y Victoria de conejos, de pequeñas y aun ahora que son mayores siguen usándolas.
Agarré a Cristal de la cintura cuando estuvo por chocar contra la puerta abierta del baño y la tomé en brazos, temiendo que lo próximo sea que saliera rodando por las escaleras.
—¿Vas algún lado, pequeña sonámbula? —se recostó en mi pecho y negó con la cabeza— ¿Te llevó a la cama?
—Solo si es a la tuya, mujeriego de mi vida.
Rodé los ojos, pero no pude evitar sonreír por el "mi vida". Tengo una obsesión con ella llamando de su propiedad, tal vez porque logró adueñarse de mi corazón sin siquiera intentarlo. Ah, de nuevo esa estúpida idea del amor a primera vista ha vuelto a mi cansado cerebro...
Entré a la habitación y la recosté en la cama, pero yo me senté a la par, recostando mi espalda en el respaldo de la cama, mirando hacia la ventana, donde el sol ya estaba en lo alto del cielo, anunciando un nuevo día.
Necesito llamar a mis padres, llamar a Alex, llamar a Chad, ir a la agencia para asegurarme que las cuentas estén bien, tengo que reunirme con los de Vogue para firmar un contrato para una nueva modelo que está siendo cotizada por casi todas las marcas, también necesito ir por ropa para la fashion week...
—Lo estás haciendo de nuevo —dijo Cristal, agarrando mi mano entre su pequeña y suave mano.
—¿Qué cosa, sonrisitas?
—Pensar de más, querer hacer solo por ti mismo y pensando en los demás antes que en ti —soltó mi mano para recostar su cabeza en mis piernas y comencé a acariciar su suave cabello—. Disfruta la vida, Gregg.
Es fácil decirlo cuando no tienes que estar pendiente de todo el trabajo de papá... sé que él no me lo pide, pero el hombre ya no es tan joven como antes y tiene otras cosas que pensar por el momento. Sé que está preocupado por Alex y Demi, pero lo que más le molesta es no haber visto las señales de que Alex estaba mal, se lamenta de no haber pasado tanto tiempo con él y creo que ya está pensando que ha sido un mal padre por dejarnos tanto tiempo al cuidado de nuestros tíos y no haber sido él quien nos cuidó. Sin embargo, papá es un grandioso padre que, a pesar de llegar cansado del trabajo, siempre tenia energías para jugar con nosotros, nos leía cuentos antes de dormir y nunca nos faltó su beso de buenas noches.
¿Cómo puedo hacerme el de la vista gorda cuando él ha trabajado duro para darnos todo? Papá empezó desde cero, puso la agencia con el dinero que iba ahorrando de sus trabajos como modelo, no fue como tío Lucas que sacó el dinero de los hoteles para poner la editorial. Papá lo dio todo y mamá le ayudó con lo que pudo, pero el trabajo de papá no fue fácil y sigue sin ser fácil.