Capítulo 30

5.4K 581 42
                                    

Cuando amamos a alguien, siempre pensamos en esa persona antes que en nosotros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando amamos a alguien, siempre pensamos en esa persona antes que en nosotros... no. Se supone que el amor es así, poner a tu compañero siempre en primero, pero la verdad es que también somos egoístas y pensamos más en nuestro bienestar que en el otro. Es ley de vida, también la razón por la que la sociedad está arruinada al no pensar en el otro. Hablamos de lastimar por protegernos.

—¿Piensas quedarte ahí toda la noche?

Sonreí cuando levanto la vista, encontrándome con sus lindos ojos llenos de dudas. No me siento feliz con eso, no estoy para nada feliz al saber que ambos nos lastimamos por estupideces, pero lo que menos me hace feliz es que hay alguien más sufriendo por estas tonterías.

Dicen que a veces es mejor actuar antes que conversar, pero si esa persona hubiera hablado sin miedo a ser juzgada, todo sería mucho más fácil para todos.

Cuando Gregg se detuvo enfrente de mí, no tarde ni un segundo en rodear su cuello con mis brazos y besar los labios que me encantan, de los cuales salió el primer "te amo" de muchos. Un día de estos terminaré acabando con su paciencia si sigo de esta forma, pero gracias a Alex y a su confianza en mí, puedo respirar más tranquila y entregarme completamente a Gregg.

—¿Quieres irte a Alemania? —susurró Gregg con miedo, sin atreverse a mirar mis ojos.

—Quiero irme a nuestro apartamento, donde podamos crear nuestros propios recuerdos —sonrió de lado, arqueando una ceja—. Si, estaba celosa, ¿feliz?

—No, estoy molesto porque decidiste salir corriendo en vez de hablarlo tranquilamente —bajó sus manos a mi trasero, pegándome a su sensual cuerpo y mirándome a los ojos con pasión acumulada, cosa que me encanta—. Pero dime, ¿Qué sería de nuestra relación sin dramas ni persecuciones? Ya tengo suficiente con el sexo aburrido.

Reí cuando besó mi cuello, mordiéndolo con suavidad y uniendo nuestros cuerpos lo más pegados posibles, con miedo a dejar tan siquiera un centímetro de separación, aunque nuestros cuerpos parecen encajar perfectamente al igual que dos piezas de rompecabezas que se unen para crear una imagen. Él es mi otra pieza, la parte que me falta.

—Dejaré que me enseñes ese sexo maravilloso cuando terminemos un asunto pendiente —susurré en su oído, besando su mejilla—. Vamos, cariño.

Quiso protestar, pero prefirió callar cuando caminé enfrente de él de forma sensual, haciendo que me siguiera sin chistar. Dudé mucho cuando leí el mensaje de Alex, porque al final ellos son hermanos y se ayudan en todo, pero al leerlo completo me di cuenta que él no mentiría con algo así.

Así es como terminamos todos juntos en un restaurante de comida italiana, en la zona reservada para eventos, esperando a Mackenzie.

Me quedé junto a Gregg en todo momento, ya que no lucía feliz cuando los chicos me hablaban o se acercaban a mí. Creo que estuvo apunto de saltarle encima a Zac cuando este besó mi mejilla, un acto muy normal pero que de igual forma molestó a Gregg. Supongo que me equivoqué al pensar que Gregg Hamilton no podía ser celoso.

Hamilton Playboy |Serie Hamilton| #2.7 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora