Tomé asiento en la silla, enfrente de papá y al lado derecho de Marcus. Me serví un pedazo de pie de manzana en silencio, simplemente concentrándome en el pedazo de azúcar, miel y canela con trocitos de manzana frente a mí, ignorando las miradas curiosas de mi padre y Marcus. Lo bueno de ambos es que no son entrometidos, lo malo... es que me quieren tanto que siempre quieren saber cuál es mi problema.
—¿Pasó algo malo, manzanita?
Intenté sonreír y decir "todo bien", pero sé que no puedo mentirle a papá y Marcus ya me conoce lo suficiente para saber cuando miento. Así que sería desperdiciar el tiempo y la paciencia de los dos hombres.
—No lo sé, pero estoy aquí —respondí, comiendo un pedazo de pie.
—¿Discutiste con Gregg? —preguntó esta vez Marcus, sabiendo que la mayoría de mis males tiene que ver con el mayor de los Hamilton-Salvatore.
—Creo que si...
Más que discutir, creo que lo defraudé... No sé que pasó, solo sé que hablé demasiado y terminé saliendo del apartamento de los padres primerizos, aun repitiendo las palabras de Mackenzie en mi cabeza.
—¿Qué pasó?
Tragué el pedazo de manzana, esperando ahogarme con el nudo que crecía en mi garganta o algo parecido, ya que se me está dificultando demasiado respirar, pero lo único que obtuve fue a mi estomago rugiendo por más comida y la molestia conmigo misma.
—Creo que acabo de decirle que se case con otra chica...
Dejé el tenedor en el plato antes de levantarme y salir de la cocina, huyendo del regaño de ambos hombres y queriendo esconderme en mi habitación. Salvo que cuando entré de mi habitación, me encontré con el hombre que me miró decepcionado y triste al decir "cásate con ella". Cerré la puerta con suavidad, bajo su atenta mirada y tensos hombros, mas molesto de lo que creí que estaría. Tal vez él esperaba otra respuesta, pero no quería sonar como una egoísta y al final, siempre salí siendo una egoísta.
Me senté en la cama, a la par suya, y comencé a desatar el nudo de las botas, las cuales deberé devolver a Demi junto al atuendo.
—Eres un poco tonta, Cristal.
Dejé las botas a un lado, y voltee a mirarlo a los ojos, fríos, furiosos, dolidos... no sé por que le duele tanto que le haya dicho que ayudara a Mackenzie. ¿Qué esperaba? ¿Qué le gritara que él es mi hombre? Solo serán unos días, mientras su madre...
—¿Eres consiente que puede que la madre de Mackenzie viva más de lo que los doctores digan? ¿Qué pasará con nosotros durante ese tiempo? —Me agarró del brazo cuando me levanté de la cama para ir al baño, levantándose junto a mí—. ¿Por qué no piensas en nosotros de vez en cuando?
—Si yo te lo hubiera pedido, si estuviera en el lugar de Mackenzie... ¿Hubieras aceptado? —le pregunté en un susurro, mirando su mano agarrar con fuerza mi brazo.
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Hamilton Playboy |Serie Hamilton| #2.7 (TERMINADA)
RomanceUna apuesta, llevándonos a sufrir las consecuencias de no medir las palabras estando enfurecidos, lastimándonos, terminando lo poco que habíamos conseguido. Para Gregg Hamilton, enamorarse era clavarse otra espina en el corazón. ¿Para mí? Enamorar...